Todavía no ha terminado el recuento de votos en las elecciones de Estados Unidos, pero este viernes el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, se presentó como el futuro presidente de la conciliación y la unión de todos los estadounidenses, mientras encabeza el conteo y en contraste con la estrategia de Donald Trump de jalear la división poniendo en duda la integridad del sistema democrático.
En un tono calmado e incluso casi filosófico, Biden habló desde el Chase Center de Wilmington, en Delaware, donde reside, para lanzar un mensaje de comunión de todos los estadounidenses al afirmar que «no hay tiempo que perder» en un país polarizado con problemas acuciantes que resolver como la COVID-19, el deterioro de la economía, la injusticia racial y la crisis climática.
«Nuestro viaje es hacia una unión más perfecta y continúa moviéndose. En EE.UU. tenemos puntos de vista fuertes, tenemos fuertes desacuerdos y eso está bien, los fuertes desacuerdos son inevitables y en democracia los desacuerdos fuertes son sanos», empezó Biden con voz tranquilizadora.
Pese a este tono completamente distinto al empleado el jueves por Trump, el que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) lanzó un dardo a su rival republicano en los comicios. «El propósito de nuestra política no es una guerra implacable sin fin, no -destacó-. El propósito de nuestra política, el trabajo de la nación no es alentar las llamas del conflicto para resolver los problemas».
Biden marca un contraste con Trump
De esta manera, Biden ponía cara a cara en el Chase Center, donde no había público debido a la pandemia, a los dos EE.UU., después de que el jueves Trump atacara los mismos cimientos de la mayor democracia del mundo al cuestionarse la integridad de todo el proceso electoral, ya que dudó, sin pruebas, de la legitimidad de millones de votos emitidos por correo y acusó a su adversario de intentar robar las elecciones.
Frente al discurso triunfalista lanzado por el mandatario pese a ir detrás en el cómputo y mientras su campaña libra litigios en varios estados clave, Biden avisó de que todos los sufragios se tomarán en cuenta. «Ustedes saben que vamos a demostrar de nuevo lo que hemos demostrado durante 244 años en este país, la democracia funciona. Su voto se contará. No me importa lo mucho que la gente intenta evitarlo. No dejaré que suceda, se escuchará a la gente», aseguró.
Biden pronunció este discurso cuando lidera el escrutinio en los estados clave de Pensilvania, Georgia, Arizona y Nevada, con estrechos márgenes frente a Trump.
Su alocución había despertado una gran expectación a lo largo del día, ya que ante el avance del escrutinio en Pensilvania su campaña había anunciado que iba a dirigir un discurso a la nación esta noche, lo que había desatado todo tipo de conjeturas en los medios sobre si estas serían sus palabras para proclamarse ganador.
La espera eterna por los resultados
Sin embargo, estas expectativas se fueron desinflando a lo largo de las horas y conforme los estados, especialmente Pensilvania, daban señales de que este viernes no acabarían el cómputo, pese a que ya han pasado tres días desde los comicios.
Pensilvania es el premio más codiciado porque tiene 20 delegados en el Colegio Electoral, con lo que si Biden gana en este estado llegaría automáticamente a la Presidencia.
En el sistema estadounidense gana el aspirante que llegue a 270 delegados en el Colegio Electoral, un órgano compuesto por 538 compromisarios que aportan todos los estados en base a su población.
Biden por delante en Pensilvania, Georgia, Nevada y Arizona
Biden suma 264 delegados o 253, dependiendo de si se toma en cuenta Arizona o no, donde algunos medios no han proyectado todavía su victoria allí, lo que sí que hicieron otros la noche electoral como la agencia AP y Fox News; mientras que Trump tiene 214.
El actual gobernante tuvo un margen de 750.000 votos en Pensilvania durante la noche del martes, pero esa ventaja se ha ido esfumando a medida que se contaban los votos por correo; una modalidad que han utilizado los demócratas en mayor proporción en estos comicios para evitar aglomeraciones en el contexto de la pandemia.
Si se repasan los estados donde se desarrolla el conteo, Biden va por delante en Pensilvania con el 49,6 % de los votos frente al 49,1 % de Trump, con el 95 % de los sufragios escrutados.
También va primero en Georgia (16 delegados en el Colegio Electoral), con el 49,4 % de los sufragios frente al 49,3 % del mandatario, con el 99 % escrutado; en Nevada (6 compromisarios), va por delante con el 49,8 % frente al 48 % del presidente, con el 92 % computado; y en Arizona (11 delegados) lidera el conteo con el 49,6 % de los votos frente al 48,7 % de Trump, con el 95 % contabilizado.
El presidente va por delante en Carolina del Norte (15 delegados), con el 50 % de los votos frente al 48,6 % de Biden, cuando se ha computado el 97 %; y en Alaska (3 compromisarios) con el 62,9 % frente al 33 % del demócrata, y el 46 % de los sufragios contados.
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