La estampa de los fieles apelotonados dando vueltas alrededor de la Kaaba -edificio cúbico en el que se encuentra la piedra negra que los musulmanes creen que se desprendió del paraíso- ha sido sustituida este año por una imagen ordenada y desolada al calor del sol abrasador.
Centenares de personas han realizado el ritual, que consiste el dar siete vueltas en sentido antihorario, marchando separadamente en filas señalizadas en el suelo del patio de la Gran Mezquita de La Meca, donde se sitúa la Kaaba y donde da comienzo el hach.
La distancia entre los fieles -los hombres con túnicas blancas y las mujeres, negras- contrasta con las aglomeraciones asfixiantes de las que suele ser escenario cada año este lugar sagrado, que en 2019 acogió a más de dos millones de musulmanes de todo el mundo.
Este 2020, la COVID-19 ha reducido ese número a alrededor de un millar de residentes en Arabia Saudí, el 30 % de ellos nacionales y el 70 % restante de otras 160 nacionalidades.
El Ministerio de Salud saudí organizó y transportó hoy a los participantes en grupos para que realicen el ritual llamado «tawaf al qudum» de forma ordenada y manteniendo las distancias, después de que todos ellos hayan estado aislados en hoteles de La Meca y alrededores cumpliendo la cuarentena obligatoria.
Según la agencia de noticias oficial saudí SPA, a cada grupo de 50 peregrinos se les asignó un «líder» para garantizar que cumplan las medidas preventivas, como llevar siempre puesta la mascarilla.
También se les realizó test del coronavirus antes del comienzo del hach para garantizar que ninguno de los participantes esté infectado y pueda contagiar a los demás, así como a los centenares de personas que trabajan en el gran evento religioso.
Las autoridades saudíes han impuesto severos controles y medidas para evitar cualquier brote durante la peregrinación, ya que de su éxito depende la imagen del reino que hospeda los dos lugares más sagrados del islam.
Arrestos
La Dirección de Seguridad General saudí anunció este miércoles el arresto de «244 infiltrados» que intentaron acceder sin permiso a La Meca para realizar el hach y afirmó que se instalará un cordón de seguridad alrededor de los lugares de los rituales para impedir el acceso a los no autorizados.
Si habitualmente los equipos de emergencia y seguridad del hach estaban en alerta, este año la pandemia hace que las precauciones se extremen e incluso las autoridades barajaron la posibilidad de suspender la gran peregrinación por la COVID-19.
En los años anteriores alrededor de dos millones de musulmanes de todo el mundo acudieron a La Meca, a lo largo de los varios días que dura el hach, dejando estampas muy distintas y protagonizando también incidentes como estampidas, desmayos, intoxicaciones alimentarias, etc.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio la bienvenida hoy a la decisión de Arabia Saudí de celebrar el hach con un número limitado de peregrinos para «promover la seguridad sanitaria», según el director del organismo en la región, Ahmed al Mandhari.
«Esta decisión fue basada en una valoración y análisis de los riesgos», afirmó.
Además, la OMS expresó su preocupación ante la celebración este viernes de la festividad del Aid al Adha, cuando los musulmanes en La Meca y en todo el mundo sacrifican corderos para recordar como Abraham ofreció a Dios a su hijo primogénito, quien según el islam no es Isaac sino Ismael.
En una rueda de prensa virtual, representantes de la OMS en la región del Mediterráneo Oriental, que abarca desde Marruecos hasta Pakistán, señalaron que este año no sólo hay que tener en cuenta las normas de higiene alimentaria a la hora de realizar la matanza de los animales, sino que hay que tomar precauciones adicionales por el coronavirus.
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