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Un manifestante noqueó este domingo con una tapa de alcantarilla a un hombre de 53 años durante las protestas en Hong Kong, y lo dejó inconsciente durante unos instantes.

En un vídeo publicado por varios portales de noticias se ve cómo una persona se acerca y noquea deliberadamente al hombre, que había salido a la calle para retirar las barricadas de los manifestantes, y le deja la cabeza ensangrentada.

Acto seguido, un voluntario médico se acerca a tratar al herido.

Según la Policía, el afectado sufrió lesiones en la cabeza por el ataque, que tuvo lugar a las 1.00 hora local del domingo (17:00 GMT) en el barrio hongkonés de Mong Kok. Fue dado de alta el mismo domingo tras recibir tratamiento en el hospital de Kwong Mah.

Un portavoz de la Policía condenó el ataque y afirmó que el cuerpo «no va a tolerar que los manifestantes sigan usando la violencia» para lograr sus objetivos.

«Tomaremos medidas para restablecer el orden en la sociedad y llevar a todos los infractores ante la Justicia», dijo el portavoz.

Después de dos semanas relativamente tranquilas, los manifestantes volvieron a hacerse visibles este domingo en tres marchas autorizadas en diferentes partes de la ciudad.

En una de ellas los manifestantes agradecieron a Estados Unidos la aprobación de la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong y en ella participó cerca de un millar de personas, una imagen que contrasta con las multitudinarias manifestaciones del pasado.

No obstante, en la madrugada del domingo al lunes, una de las marchas vivió episodios violentos a su paso por el distrito de Kownloon cuando algunos manifestantes destrozaron tiendas y restaurantes y se enfrentaron a la Policía.

Las protestas en Hong Kong comenzaron en junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el Gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición a la cada vez mayor injerencia de Pekín.

No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía son habituales.