Las imágenes de la captura. | RT

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Las autoridades iraníes han abierto este sábado una investigación al petrolero británico «Stena Impero», capturado en el estrecho de Ormuz y al que acusan de no respetar las normas de navegación, aunque su retención tiene una motivación política.

El «Stena Impero» y sus 23 tripulantes están atracados en el puerto de la ciudad iraní de Bandar Abas, capital de la provincia meridional de Hormozgan, adonde fueron guiados tras su detención el viernes por la Guardia Revolucionaria.

Su captura ha generado una crisis diplomática entre Teherán y Londres y ha disparado la tensión en el golfo Pérsico, donde en los últimos meses se han producido numerosos incidentes con barcos y drones.

El director de la Organización de Puertos y Navegación de Hormozgan, Alahmorad Afifipur, explicó que se está investigando la causa del accidente entre el petrolero británico y un barco pesquero y que los 23 miembros de la tripulación permanecerán a bordo hasta que las pesquisas terminen.

«Si es necesario, y a solicitud de las autoridades judiciales, la tripulación puede ser convocada para entrevistas técnicas», indicó Afifipur.

Sobre las infracciones, el portavoz de la Guardia Revolucionaria, Ramezan Sharif, explicó que el «Stena Impero» apagó su localizador GPS, entró en el estrecho de Ormuz por la vía de salida e ignoró «los avisos» de la Fuerza Naval.

Sharif denunció, asimismo, que un buque de guerra británico «escoltaba» al petrolero e intentó impedir el viernes la captura con «resistencia».

Un vídeo publicado de la detención solo muestra, sin embargo, a lanchas rápidas aproximándose al petrolero y militares iraníes con pasamontañas y ametralladoras descolgándose desde un helicóptero para realizar el abordaje.

El portavoz criticó «los comportamientos arrogantes, provocadores y amenazadores de algunos buques extranjeros y el incumplimiento de las normas marítimas internacionales».

El petrolero es propiedad de la naviera Stena Bulk y su tripulación está compuesta por 18 marineros indios, entre ellos el capitán, y otros cinco de nacionalidad rusa, letona y filipina.

La naviera ha negado que el barco, que se dirigía desde Emiratos Árabes Unidos a un puerto de Arabia Saudí, incumpliera las normas de navegación y señaló que perdió el contacto con él sobre las 15.00 horas GMT del viernes.

Aunque las autoridades iraníes insisten en la causa legal, varios responsables reconocieron que su captura es un acto de represalia por la retención en Gibraltar del petrolero iraní «Grace 1» desde hace dos semanas.

El secretario del poderoso Consejo de Discernimiento, Mohsen Rezaí, aseguró en Twitter que las autoridades no retrocederán a la hora de «tomar medidas de represalia» incluso contra «la reina» Isabel II de Inglaterra.

En la misma línea, el portavoz del Consejo de Guardianes, Abasali Kadjodaí, consideró que la captura del «Stena Impero» es «correcta y conforme al derecho internacional» para hacer frente a «una guerra económica ilegal y a la incautación de petroleros», en alusión a las sanciones estadounidenses contra Irán y a la detención del «Grace 1».

Por su parte, el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, exigió al Reino Unido «dejar de ser cómplice del terrorismo económico de Estados Unidos» contra Irán.

«A diferencia de la piratería en el estrecho de Gibraltar, nuestra acción en el golfo Pérsico es defender las normas marítimas internacionales», subrayó Zarif, quien conversó este sábado con su homólogo británico, Jeremy Hunt.

El «Grace 1» fue interceptado en Gibraltar el 4 de julio por las sospechas de que transportaba crudo a Siria, bajo sanciones de la Unión Europea, y su detención fue ayer prorrogada por un mes.

Esta retención fue calificada esta semana de «acto de piratería marítima» por el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, quien advirtió de una respuesta al Reino Unido «en el momento y lugar apropiados».

Ese momento fue este viernes y el lugar, el estrecho de Ormuz, un paso entre Irán y Omán estratégico para el petróleo mundial.

En opinión del analista político Mohamad Marandi, Irán ha aprovechado para responder al Reino Unido utilizando «la mínima violación» de las normas marítimas por el petrolero británico, a las que en otras circunstancias no se prestaría atención.

«Fue una respuesta a la detención del petrolero iraní por el Reino Unido en Gibraltar y, hasta la liberación de este, es probable que mantengan retenido al británico y que capturen otros», dijo a Efe Marandi.

Desde Londres, no han apuntado a la posibilidad de liberar al «Grace 1 «y han advertido de «graves consecuencias», según su ministro de Exteriores, quien acusó a Teherán de elegir un «camino peligroso», pero parece optar por la vía diplomática antes que la militar.