Theresa May.

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La primera ministra británica Theresa May, confirmó este miércoles su intención de volver a someter a votación su plan de Brexit mientras se intensifican las maniobras de los conservadores para echarla del cargo.

May presentó en la Cámara de los Comunes su última y compleja propuesta para salvar el acuerdo de salida de la Unión Europea (UE) negociado en 2018 con Bruselas, que fue recibida con hostilidad por la mayoría de diputados de todos los partidos.

En un indicio de su creciente aislamiento, estuvieron ausentes durante su intervención varios ministros y parlamentarios «tories», que en las últimas horas han incrementado además sus peticiones para que dimita.

El diario londinense «Evening Standard», dirigido por el ex ministro conservador George Osborne y lectura obligada para la clase política, ha informado de que un grupo de ministros se plantea pedir a su jefa que deje el liderazgo del Gobierno y del partido ante la improbabilidad de que prospere su estrategia de «brexit».

Por su parte, el grupo parlamentario conservador se reunirá una vez más para analizar si cambia la normativa interna para forzar la salida de May, que ya superó una moción de confianza de sus colegas en diciembre, lo que la protege de ser desafiada durante doce meses.

Preguntado por si la dirigente podría dimitir tras conocerse el lunes los resultados de las elecciones europeas, en las que se augura una sonada derrota del partido gobernante, un portavoz oficial aseguró que ella sigue «comprometida» con sacar al país de la UE.

En este contexto de desgaste y tensión, la primera ministra anunció este mediodía en el Parlamento que el viernes publicará el proyecto de ley sobre el acuerdo de retirada de la UE, para que los diputados «tengan tiempo de estudiarlo» antes de que sea votado a principios de junio.

May pidió a la cámara que apoye la tramitación de esta legislación, que podrá enmendar a su gusto, para garantizar la salida del bloque antes del receso veraniego, después de que el tratado negociado con Bruselas fuera rechazado ya en tres ocasiones previas.

El proyecto de ley debía en principio votarse una vez los Comunes ratificaran el pacto negociado con los Veintisiete, pero, como esto no ha sucedido, la jefa del Gobierno ha decidido impulsar la legislación como otra vía para secundar el tratado.

La líder «tory» reiteró las diez promesas que ya hizo el martes a los diputados a cambio de que aprueben el texto, entre ellas votar eventualmente sobre si se celebra un segundo referéndum.

Sin embargo, tanto la oposición laborista como buena parte de los conservadores han adelantado que votarán en contra del proyecto legislativo en la primera fase de su trámite parlamentario.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, incidió este miércoles en que el bautizado por May como «nuevo plan de 'brexit» no es más que «una versión reempaquetada» del anterior y lamentó que el Gobierno «no ha modificado su postura».

May no precisó en su comparecencia en qué fecha será la primera votación del proyecto de ley -que daría paso a la presentación de enmiendas al mismo- y se limitó a señalar que será después del receso parlamentario previsto del 27 de mayo al 2 de junio.

Previamente, el Gobierno indicó que la ley se votaría en la semana del 3 de junio, que coincide con una visita de Estado al Reino Unido del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Si los diputados aprobaran el texto, May se ha comprometido a someter entonces a votación la posibilidad de convocar un nuevo plebiscito -tras el que dio la victoria al «brexit» en 2016-, en el que los británicos confirmarían o rechazarían los términos finales del divorcio.

Además, garantizaría una unión aduanera temporal con el bloque, la protección de los derechos laborales y del medio ambiente y nuevas disposiciones para salvaguardar la frontera en la isla de Irlanda.