Los servicios de salvamento prepararon un fuerte operativo de emergencia en el puerto para atender a los pasajeros y tripulación tras su llegada a ese puerto noruego, pasadas las 15.00 GMT.
Tres de los motores del barco, de 227 metros de largo, lograron ser reactivados horas antes, por lo que la nave volvía a navegar por sí misma, después de haber tenido que ser remolcada por dos embarcaciones durante horas.
El «Viking Sky», que quedó anclado la noche anterior tras la avería registrada en sus motores, empezó a moverse remolcado por un barco por delante y otro en la parte de atrás, a una velocidad de unos 7 nudos, a primera hora de la mañana de este domingo.
Fue entonces cuando se decidió suspender la evacuación del pasaje, mientras se evaluaba la situación y vista la complejidad que suponía llevar a cabo el traslado de los pasajeros hasta los helicópteros de salvamento en medio del fuerte oleaje y vientos.
Diecisiete de los evacuados tuvieron que ser hospitalizados, informaron en una rueda de prensa las autoridades del municipio de Fræna, donde ayer se habilitó en un pabellón un primer centro de acogida para enviar luego a los rescatados a distintos hoteles de la zona.
Según la televisión pública noruega Nrk, que ha transmitido las operaciones desde poco después de declararse la avería, se encuentran en estado grave tres de las personas evacuadas.
El «Viking Sky» envió hacia las 14.00 hora local (13.00 GMT) una primera señal de socorro por problemas en sus motores, cuando se encontraba a unos cinco kilómetros de la costa de Hustadvika.
Se trata de una zona compleja para la navegación, ya que son frecuentes los vientos y corrientes marinas y además su litoral está salpicado de numerosas islas y fiordos.
El barco realizaba el trayecto previsto para 14 días entre Tromsø (norte) y Stavanger (sur) con 915 pasajeros a bordo y una tripulación de 458 personas, cuando quedó prácticamente a la deriva a consecuencia de la avería de sus motores.
Algunos pasajeros difundieron a través de las redes sociales imágenes de los primeros momentos a bordo, en las que se ve parte del mobiliario del crucero, sillas, mesas y plantas, saltando por los aires o deslizándose por el suelo, mientras caen sobre algunos pasajeros fragmentos del techo de la sala.
En otros mensajes se describía la situación de dramática, entre personas que esperan turno para la evacuación con los chalecos salvavidas puestos, aunque también se observaba cómo eran atendidos con profesionalidad por la tripulación.
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