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Las fuerzas del orden detuvieron este sábado por la mañana al menos a 278 personas en París para impedir con carácter preventivo incidentes violentos por las convocatorias de protestas de los «chalecos amarillos», indicó la Prefectura de Policía.

Una portavoz de la prefectura explicó que la cifra puede evolucionar durante el resto del día.

Puntualizó que esas personas, detenidas sobre todo por formar parte de grupos susceptibles de protagonizar actos de violencia o por estar en posesión de objetos que pueden utilizarse para ello, no necesariamente quedarán bajo custodia una vez que se realicen las verificaciones pertinentes.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, que desde la madrugada ha estado recorriendo el dispositivo de seguridad en diversos puntos de la ciudad, justificó su pertinencia para impedir que se reproduzcan los disturbios del sábado pasado: «Hemos tenido que dar una respuesta fuerte».

Castaner, en declaraciones al canal «BFMTV» pidió a los «chalecos amarillos» que quieren hacer valer sus reivindicaciones «que no se mezclen» con los violentos porque «la violencia no es nunca una forma de manifestarse».

También dijo que «el Gobierno ha tendido la mano» con su disposición al diálogo y con medidas como la supresión de la subida de impuestos sobre el carburante que estaba programada a partir de enero: «Ahora hay que ponerse en torno a la mesa y discutir».
El primer ministro, Édouard Philippe, recibió anoche a una delegación de siete «chalecos amarillos libres», un grupo que se reivindica como moderado y que pidió a sus seguidores que no viajaran a París para no ser instrumentalizados por los violentos.

El Ejecutivo ha movilizado un dispositivo de seguridad «excepcional», que incluye en particular el despliegue de 89.000 policías y gendarmes en todo el país (el sábado de la semana pasada habían sido 65.000), de los cuales 8.000 en la capital.

En París, además, las zonas más sensibles por ser los puntos de concentración de los «chalecos amarillos», como el barrio de los Campos Elíseos, las plazas de la República y de la Bastilla han sido cortados al tráfico desde primera hora de la mañana y los comercios van a permanecer cerrados.

Tampoco abrirán los grandes museos, ni los grandes almacenes, ni muchos mercados o establecimientos públicos.