Tras las primeras informaciones, este domingo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, informó de que asciende a 233 la cifra de fallecidos por el terremoto. «Cifra oficial de fallecidos sube a 233. Barrio Tarqui de Manta muy afectado. Pedernales destruido», escribió Correa en su cuenta de twitter.
El terremoto se produjo a última hora de la tarde de este sábado, a las 18.58 hora local (23.58 GMT), en un sitio entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también ha sentido el impacto de las réplicas.
El Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, encargado de la vigilancia sísmica y volcánica en el país, indicó que las más de 60 réplicas registradas durante las seis horas posteriores a la sacudida principal alcanzaron magnitudes de entre 2,5 y 5,3 grados en la escala de Richter.
El Instituto no ha descartado que este comportamiento de permanentes réplicas pueda continuar por horas o días.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.
El vicepresidente de la República, Jorge Glas, indicó en una rueda de prensa que todas las entidades del Estado se encuentran en «máxima alerta» para atender la situación de emergencia y dijo que ha dispuesto el envío de un hospital móvil a Pedernales, en la zona del epicentro.
El sismo, con capacidad de producir un tsunami, activó la alerta de esa posibilidad en los países vecinos como Colombia, Perú y Chile, que poco después cancelaron la advertencia.
El sismo se sintió en Colombia y en algunos barrios de Cali, capital del departamento de Valle del Cauca, donde se han reportado cortes de electricidad y agrietamientos en construcciones, pero nada de gravedad.
El Gobierno colombiano, además, anunció la activación de un plan de contingencia para atender a sus ciudadanos en Ecuador.
De su lado, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que concluyó una visita al Vaticano y que prevé llegar a su país en las próximas horas, envió un mensaje de ánimo a sus compatriotas a través de la red social Twitter.
«Todos mantener la calma», escribió Correa, y apuntó que el Comité nacional de Operaciones de Emergencia (COE), que reúne a todas las autoridades llamadas a atender la situación, se encuentra «activado».
Los «daños son graves» y hay «decenas de muertos», admitió el mandatario, que anunció la activación de líneas de créditos con organismos multilaterales para afrontar la situación.
Correa confirmó la declaración de estado de excepción en el país y de situación de emergencia en las provincias costeras afectadas directamente por el terremoto.
Explicó que la situación es «muy grave en Pedernales y Portoviejo», dos de las ciudades más castigadas por la intensidad del sismo.
También fue fuerte en la vecina isla de Muisne, un paradisíaco destino turístico que, según sus vecinos, vivió momentos de pánico.
«La casa de mi hermano se ha caído», dijo a Efe una afectada tras señalar que los habitantes de Musine fueron evacuaron a sitios seguros por temor a un posible tsunami.
Otro vecino contó que un barco gabarra evacuó a la población de Muisne tras el terremoto, que se sintió con una fuerte intensidad.
«Fue tremendo», agregó Marco dedicado a la crianza de camarones en el sector, y relató que tras la evacuación, los pobladores se han dirigido a la localidad de Pueblo Alto, situado en una elevación de la región, donde permanecieron hasta que las autoridades les permitieron regresar a sus hogares.
Tras las primeras informaciones, este domingo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, informó de que asciende a 233 la cifra de fallecidos por el terremoto. «Cifra oficial de fallecidos sube a 233. Barrio Tarqui de Manta muy afectado. Pedernales destruido», escribió Correa en su cuenta de twitter.
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