Al menos dos personas han muertos, una de ellas se cree que el propio secuestrador, en la operación policial llevada a cabo hoy para reducir a la persona armada que tomó un café de Sídney y retuvo a personal y clientes del establecimiento, según informó el canal 9 de televisión.
Además, según el mismo medio, hay cuatro rehenes heridos, dos de los cuales necesitaron reanimación cardiopulmonar.
La Policía no ha confirmado de momento la cifra de muertos, ni la de heridos y su estado, y se limitó a dar por terminado el secuestro del café con unas veinte de personas en su interior, entre ellas una empresaria brasileña.
Las autoridades tampoco han aclarado la suerte del agresor, el clérigo musulmán Man Haron Monis, nacido en Irán en 1962 con el nombre de Matenghi Boourjerdi.
Los cuerpos de seguridad se decidieron a intervenir después de 18 horas de secuestro y actuaron momentos después de que cinco personas abandonasen el establecimiento.
Desde el exterior, se vio gran actividad de agentes y se oyeron después varias ráfagas de disparos que iluminaron el interior del café, y alguna explosión.
Los rehenes comenzaron a salir del café, algunos con las manos levantadas. Según el canal 7, son siete las personas liberadas.
Ambulancias con personal sanitario y coches de bomberos se colocaron en las inmediaciones para atender a los heridos, mientras sonaba una sirena de alarma.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, calificó el secuestro de un acto con «motivaciones políticas», y se reunió a lo largo del día dos veces con el Comité de Seguridad Nacional.
Según la Policía, el secuestrador es Man Haron Monis, un clérigo musulmán iraní que llegó a Australia en 1996 como refugiado y que ha participado o liderado numerosas protestas contra la presencia de tropas australianas en Afganistán.
El jeque Haron también tiene problemas con la justicia australiana, entre otras causas por su implicación en la muerte de su ex esposa, Noleen Pal, con quien tuvo dos hijas.
Entre sus primeras acciones dentro del café fue obligar a dos personas que sujetasen una bandera en el cristal de la entrada con un mensaje escrito en árabe que decía «no hay otro Dios que Alá y Mahoma es su profeta», la «sahada» o declaración de fe musulmana.
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