Adiós a la ropa arrugada: descubre cómo lograr que salga planchada de la lavadora

Selección del programa de lavado adecuado

Elegir el ciclo de lavado correcto es fundamental. Los programas para prendas delicadas o con ciclos de centrifugado suaves son ideales para reducir la formación de arrugas. Un centrifugado a bajas revoluciones, alrededor de 600 rpm, deja la ropa con un 80% de humedad, lo que, aunque implica un mayor tiempo de secado, disminuye las arrugas.

No sobrecargar la lavadora

Llenar el tambor en exceso impide que las prendas se muevan con libertad, provocando que se arruguen más. Es recomendable llenar la lavadora solo hasta tres cuartas partes de su capacidad para permitir un lavado eficiente y minimizar las arrugas.

Uso de suavizante y vinagre blanco

El suavizante ayuda a ablandar las fibras textiles, reduciendo la formación de arrugas. Además, añadir una pequeña cantidad de vinagre blanco durante el ciclo de enjuague actúa como un desinfectante natural y suaviza aún más las prendas, facilitando su posterior planchado o incluso eliminando la necesidad del mismo.

El truco del cubito de hielo

Un método casero consiste en introducir uno o dos cubitos de hielo en el tambor junto con la ropa antes de iniciar el ciclo de lavado. Durante el proceso, el calor generado transforma el hielo en vapor, lo que ayuda a que las prendas salgan con menos arrugas.

Retirar y tender la ropa inmediatamente

Una vez finalizado el ciclo de lavado, es esencial sacar la ropa de la lavadora de inmediato para evitar que las arrugas se fijen. Sacudir cada prenda antes de tenderla y utilizar perchas para camisas y blusas permite que se sequen con menos pliegues. Además, colocar las pinzas en las costuras o en áreas menos visibles evita marcas indeseadas.

Aprovechar el vapor de la ducha

Si alguna prenda presenta arrugas leves, colgarla en el cuarto de baño mientras se toma una ducha caliente puede ser efectivo. El vapor generado ayuda a relajar las fibras del tejido, disminuyendo las arrugas sin necesidad de plancha.