Los mejillones son una opción muy popular en estas fiestas. | Freepik

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Con la llegada de la Navidad, es común recurrir a alimentos enlatados y conservas como mejillones o berberechos para facilitar la preparación de las comidas festivas. Sin embargo, es fundamental asegurarse de que estos productos estén en buen estado para evitar riesgos para la salud. A continuación, se detallan las señales clave que indican que una conserva puede estar comprometida.

1. Apariencia del envase

Antes de abrir una lata, es crucial inspeccionar su estado físico. Según expertos, si la lata presenta abolladuras, deformidades, corrosión o está hinchada, es probable que el contenido esté dañado. Estas deformaciones pueden indicar una acumulación de gases en el interior, señal de actividad bacteriana. Además, una lata oxidada sugiere deterioro, lo que podría comprometer la seguridad del alimento.

2. Comportamiento al abrir la lata

Al abrir una conserva, si el contenido sale disparado o se percibe una liberación abrupta de presión, es una señal de alerta. Este fenómeno suele deberse a la acumulación de gases producidos por bacterias en el interior, indicando una posible contaminación.

3. Aspecto y olor del contenido

Una vez abierta la lata, es esencial evaluar el aspecto y el olor del alimento. La presencia de espuma, cambios de color inusuales o un olor desagradable son indicativos de que el producto no es apto para el consumo. Los alimentos en mal estado suelen desprender olores fuertes y desagradables, lo que es un claro indicador de deterioro.

4. Fecha de caducidad y condiciones de almacenamiento

Siempre es importante verificar la fecha de caducidad antes de consumir una conserva. Consumir productos después de esta fecha puede ser peligroso, ya que la seguridad microbiológica no está garantizada. Además, almacenar latas abiertas en la nevera es desaconsejable, ya que puede provocar la migración de metales al alimento, comprometiendo su seguridad.

5. Precauciones adicionales

Es fundamental no consumir alimentos enlatados que presenten signos de deterioro, incluso si parecen mínimos. La ingesta de productos en mal estado puede llevar a intoxicaciones alimentarias graves. Por ello, ante cualquier duda sobre el estado de una conserva, es preferible desecharla.