La adelfa (Nerium oleander) es una planta ornamental ampliamente utilizada en jardines y parques. Sin embargo, todas sus partes contienen glucósidos cardiotóxicos que pueden provocar graves alteraciones cardíacas en las mascotas. La ingestión de pequeñas cantidades puede causar síntomas como vómitos, diarrea, arritmias e incluso la muerte.
Otra planta común es la dieffenbachia, conocida por sus atractivas hojas. Esta especie contiene cristales de oxalato cálcico que, al ser masticados o ingeridos por las mascotas, pueden causar irritación oral, salivación excesiva y dificultad para tragar. En casos severos, puede llevar a inflamación de las vías respiratorias.
El lirio de la paz (Spathiphyllum), popular en interiores por su capacidad para purificar el aire, también representa un riesgo. Sus hojas y flores contienen compuestos que pueden inducir vómitos, irritación oral y dificultad para tragar en perros y gatos. Es recomendable mantener esta planta fuera del alcance de las mascotas o, preferiblemente, no tenerla en casa.
La hiedra inglesa (Hedera helix), utilizada frecuentemente como planta colgante, contiene saponinas triterpenoides que pueden causar síntomas como vómitos, diarrea, salivación excesiva y dolor abdominal en las mascotas. La ingestión de grandes cantidades puede llevar a complicaciones más serias, por lo que es aconsejable evitar su presencia en hogares con animales.
Es fundamental que los propietarios de mascotas estén informados sobre las plantas que tienen en su hogar y los posibles riesgos asociados. Ante la sospecha de que una mascota ha ingerido una planta tóxica, se debe acudir inmediatamente al veterinario. La prevención es la mejor estrategia para garantizar la salud y seguridad de nuestros compañeros animales.
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