Es importante considerar todos los riesgos antes de comenzar con el régimen. | Freepik

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El ayuno intermitente se ha vuelto una tendencia en el mundo de la salud y el fitness, promovido como una estrategia eficaz para bajar de peso y mejorar el bienestar general. Este método consiste en alternar periodos de alimentación con periodos de ayuno, y existen diferentes variantes, como el 16/8 (16 horas de ayuno y 8 horas para comer) o el 5:2 (comer normalmente cinco días a la semana y reducir las calorías en los otros dos).

Desde una perspectiva científica, algunos estudios han mostrado que el ayuno intermitente puede tener beneficios, como la mejora en la sensibilidad a la insulina, la reducción de la inflamación y la promoción de la pérdida de peso. Al limitar las horas de ingesta, el cuerpo entra en un estado de quema de grasa, lo que puede resultar en una reducción efectiva de la grasa corporal.

Sin embargo, este enfoque no está exento de riesgos. Algunas personas pueden experimentar efectos secundarios como fatiga, irritabilidad, problemas digestivos e incluso trastornos alimenticios. Además, el ayuno intermitente no es adecuado para todos; las personas con ciertas condiciones médicas, como diabetes, deben ser cautelosas y consultar con un profesional de la salud antes de adoptarlo.

En términos de pérdida de peso, el éxito del ayuno intermitente radica más en la reducción de calorías y la mejora de hábitos alimenticios, más que en el acto de ayunar en sí. Es decir, si durante las horas de comida se eligen alimentos ricos en nutrientes y se evitan excesos, se puede obtener un impacto positivo en la salud.