Con la llegada de la primavera, España se prepara para uno de sus rituales anuales más característicos: el cambio de hora. Este ajuste, que tiene como finalidad optimizar el uso de la luz solar y contribuir al ahorro energético, se inscribe dentro de una práctica adoptada por numerosos países a nivel mundial. El próximo 31 de marzo de 2024, los españoles adelantarán sus relojes en una hora, marcando el inicio del horario de verano. Este cambio, que oficialmente se realiza a las 2.00 horas, implica que a esa hora será ya las 3.00 horas, es decir a las 2.00 horas serán las 3.00 horas, reduciendo la duración del día a 23 horas.
Aunque esto signifique una hora menos de sueño, el beneficio inmediato se traduce en una mayor cantidad de luz natural durante las tardes. Esta medida, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y alineada con las directrices europeas desde 1980, se mantendrá hasta el último domingo de octubre, cuando se realice el cambio inverso para adaptarnos al horario de invierno. La implementación de este sistema no solo tiene implicaciones en el ahorro energético, sino que también influye positivamente en la vida social y familiar, en el comercio y, según estudios, hasta en la seguridad ciudadana y la salud pública.
A pesar de su consolidación como una práctica anual, el cambio de hora genera debates recurrentes entre la población, especialmente en lo que respecta al ajuste de invierno, donde muchos expresan su preferencia por mantener el horario de verano durante todo el año. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un significativo porcentaje de españoles se muestra favorable a eliminar estos ajustes horarios, optando mayoritariamente por el horario de verano si tuvieran que elegir. La historia del cambio de hora en España se remonta a 1940, momento en el que, por decisiones políticas, se adelantó el reloj una hora con respecto al meridiano de Greenwich, alineándose así con el huso horario de Europa central.
Esta medida, originalmente pensada como temporal, se ha mantenido hasta nuestros días, configurando un paisaje temporal distintivo para España dentro del contexto europeo. Mientras España y el resto de Europa continúan con la práctica del cambio de hora, la discusión sobre su permanencia o eliminación sigue abierta, reflejando las diversas perspectivas sobre cómo gestionar mejor nuestro tiempo y recursos naturales en consonancia con los ritmos modernos de vida y las necesidades ambientales.
Por ahora, el ritual del ajuste de hora se mantiene, marcando el compás estacional de la vida en España. Por tanto, durante la madrugada del sábado 30 de marzo al domingo 31 habrá que adelantar una hora el reloj. A las 02.00 horas se deberá adelantar el reloj a las 03.00 horas, lo que implica que ese día perderemos una hora de sueño.
3 comentarios
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Cambia en toda España menos en Cataluña que hacen lo que les pasa por los eggs
Idiocràcia. Millor seria aprofitar per retardar una hora, i deixar de cambiar hora. Aixó se quedaria: migdia a las dotze, mitjanit a las 24 horas. Sortida de sol a las 6 i posta a las 18, els dias dels equinoccis.
A ver si el Estado modifica ya el horario que corresponde al país, que es el de Canarias para la península, excepto Cataluña y Baleares, donde sí tenemos la zona horaria correcta.