Una práctica muy habitual entre todas las personas es estar en esta posición mientras se ve el móvil. | Freepik

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El uso del móvil antes de dormir se ha convertido en una práctica común pero tiene consecuencias significativas en la salud, especialmente en la calidad del sueño. Diversos estudios han explorado estas implicaciones, destacando principalmente la influencia negativa sobre el ritmo circadiano y la producción de melatonina. La melatonina, hormona responsable del sueño, se ve afectada negativamente por la exposición a la luz brillante de las pantallas antes de dormir. Esta iluminación interfiere con la segregación de esta hormona en el hipotálamo, alterando así el ritmo circadiano y la calidad del sueño.

El uso nocturno de dispositivos electrónicos, incluyendo móviles, tablets y ordenadores, emite una luz intensa que puede llevar al insomnio y a una alteración del reloj biológico, lo cual se ha demostrado incluso en la lectura de libros electrónicos. Además, el uso de pantallas antes de dormir puede provocar alteraciones psicológicas, incluyendo cambios de humor, irritabilidad y un mayor riesgo de desarrollar depresión. La neurofisióloga clínica Ana Teijeira enfatiza que este hábito está "muy interrelacionado" con graves problemas de sueño, siendo especialmente preocupante en niños y adolescentes, cuyos cerebros están en desarrollo y requieren sueño de calidad para su madurez.

La Sociedad Europea del Sueño revela que una gran mayoría de adolescentes europeos utilizan el móvil en la cama antes de dormir y muchos admiten dormir con el dispositivo cerca, lo que incrementa el riesgo de interrupciones del sueño por alertas de redes sociales. El sueño se inicia cuando el cerebro comprende que es de noche, pero la luz intensa de las pantallas retrasa este proceso, lo que lleva a un retraso de fase y a problemas de atención y cansancio al día siguiente. Los efectos negativos a corto plazo de una mala calidad del sueño incluyen cansancio, irritabilidad, déficit de concentración y memoria, y accidentes laborales. A largo plazo, puede favorecer la aparición de enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, infartos cardíacos, ictus y ciertos tipos de cánceres.

Para mitigar estos efectos, se recomienda evitar el uso de dispositivos electrónicos en entornos de poca luz, apagarlos una hora antes de dormir, ponerlos en silencio o en modo avión, mantenerlos alejados de la cama y ajustar el brillo de las pantallas o ponerlo en modo nocturno. Es también aconsejable evitar tener tanto televisores u ordenadores en las habitaciones de niños y adolescentes y limitar su exposición diaria a estos dispositivos. En conclusión, el uso del móvil antes de dormir tiene efectos perjudiciales en la salud, afectando no solo la calidad del sueño sino también el bienestar físico y mental a largo plazo. Adoptar hábitos saludables en relación con el uso de tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida y prevenir problemas de salud.