En primer lugar, es esencial elegir el pescado adecuado. Los que son grasos como el salmón, el atún o la caballa son excelentes opciones debido a su alto contenido en aceites naturales ya que ayudan a evitar que esta comida se adhiera. El siguiente paso es preparar adecuadamente la barbacoa. Asegúrate de que esté bien caliente antes de añadir el pescado, de esta manera ayuda a sellar su exterior, lo que reduce las posibilidades de que se pegue. También es útil limpiar la parrilla antes de su uso para eliminar cualquier residuo de comidas anteriores.
A continuación, debes preparar el pescado. Se recomienda secarlo completamente con toallas de papel antes de cocinarlo, si está húmedo es más propenso a pegarse a la barbacoa. Una vez seco, es útil aplicar un poco de aceite en ambos lados, esto crea una capa entre el pescado y la rejilla que ayuda a evitar que pase este problema. Una vez que el alimento se encuentre en la barbacoa, la clave es tener paciencia. Mucha gente comete el error de intentar moverlo antes de que esté listo. Debes esperar hasta que se haya cocido aproximadamente dos tercios de la parte inferior antes de intentar darle la vuelta. En este punto, debería desprenderse fácilmente de la rejilla.
Finalmente, cuando estés listo para voltear el pescado, usa una espátula de metal delgada y flexible, cuando veas que está completamente debajo es el momento de darle la vuelta. En resumen, con la elección del pescado adecuado, una preparación adecuada de la parrilla y del pescado, y un poco de paciencia, podrás disfrutar de una barbacoa perfectamente cocida sin que se pegue. Así que la próxima vez que estés planeando una, no dudes en incluir un poco de este alimento en el menú.
1 comentario
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"...En resumen, con la elección del pescado adecuado, ..." Sí, claro, no pongas en la parrilla el que tienes. Compra otro.