Al cortar el ajo se suele quedar su olor en las manos durante varias horas, e incluso días. | Pexels - Los Muertos Crew
El ajo es habitualmente usado en la cocina mediterránea. Ya sea para sofritos, para aportar sabor al freír un bistec o unas verduras...incluso los hay quienes lo restriegan crudo sobre el pan al preparar tostadas o pa amb olis. Sin embargo, pese a sus múltiples usos, surge cierto reparo al utilizarlo por el persistente -y en ocasiones desagradable- olor que deja en las manos. Puede acompañarnos hasta 24 horas, debido a que sus compuestos (el disulfuro de dialilo, el mercaptano de alilo, el disulfuro de alil-metilo y el sulfuro de metilo alílico...) se van liberando lentamente. Son estos mismos elementos los mismos que convierten al ajo en un alimento muy saludable -es antivacteriano, antivírico, hipoglucemiante, antiinflamatorio y ayuda a reducir el colesterol, entre otros efectos-. Estos son algunos trucos que se pueden utilizar en la cocina para hacer las paces con el ajo y dejar su característico aroma solo en el plato.
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