Los viajes de larga duración pueden acarrear serios problemas de salud como una trombosis venosa profunda, más conocida como la «trombosis del viajero». | Redacción Digital
La conocida trombosis del viajero (denominada técnicamente Trombosis Venosa Profunda) es un mal a tener en cuenta cuando viajamos. Y es que, tras horas sentado en la misma posición, podemos llegar a sufrir una trombosis (la formación de un coágulo en una vena profunda). Puede darse en todo tipo de viajes de larga distancia (más de cuatro horas) ya sea en coche, en tren o en barco, aunque lo más común es que se produzcan durante o tras un viaje en avión, pues en este contexto se suman otros factores como el cambio en la presión atmosférica o la deshidratación. «La escasa movilidad, la baja presión atmosférica y la disminución de la velocidad circulatoria, juntamente, provocan una mayor adherencia de los glóbulos rojos, principalmente en las pantorrillas, debido a la flexión de las piernas durante tantas horas. Esta situación podría desencadenar la formación de coágulos», informa el Hospital Clínic de Barcelona. Cualquier persona es susceptible de sufrir una trombosis del viajero, aunque estos factores de riesgo aumentan notablemente la incidencia:
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