«Nuestro hijo es el que más está sufriendo esta situación, este cambio brusco, porque echa de menos su cuartito blanco y los espacios que le han protegido desde sus primeros días», dijo la modelo y presentadora italiana en declaraciones recogidas hoy por el diario italiano «Corriere della Sera».
Desde su nacimiento, el pasado mes de marzo en Niza, el hijo del empresario italiano ha vivido a bordo del «Force Blue», un yate que cuenta, entre sus lujosas estancias, con una sala de cine con una televisión de 60 pulgadas, sala de reuniones, peluquería y un gimnasio con baño turco, sauna y varias bañeras de hidromasaje.
El fiscal de Génova Walter Cotugno pidió el pasado viernes la confiscación del barco, que se encontraba en aguas de La Spezia con Elisabetta Gregoraci y su hijo a bordo y varias lanchas de la Policía obligaron a la mujer y a su bebé a abandonar el barco.
Gregoraci calificó el episodio de «terrible pesadilla».
Esto se añade a las declaraciones del propio Briatore, quien dijo que su mujer «perdió la leche materna por el shock». «Se asustó muchísimo, no había razón para hacer bajar del yate, con prisas y furia, a una madre joven con su hijo de dos meses», aseguró Briatore al rotativo italiano.
La Policía explicó que Briatore no había pagado 4 millones de euros en concepto de IVA, ni otros 550.000 euros relativos al impuesto especial sobre la gasolina.
La normativa de la UE indica que, cuando se introduce en la zona euro un barco con bandera no europea, se tiene que pagar el IVA, algo que Briatore no ha hecho, según los investigadores.
Pero el lujoso yate que Briatore exhibe con orgullo no es suyo, sino que pertenece a una sociedad de alquiler de naves con sede en las Islas Vírgenes británicas y tiene bandera de las islas Caimán.
De esta manera, Briatore disfruta de las ventajas fiscales reservadas a quien alquila el yate, mientras que si fuese de su propiedad tendría que pagar impuestos.
Sin embargo, el fiscal asegura que el «Force Blue» no ha sido nunca alquilado y que es Briatore quien lo utiliza exclusivamente.
En su defensa, el empresario italiano dijo ser víctima de «una persecución» después de que su nombre fuera rehabilitado en la Fórmula 1.
«No soy un evasor, desde hace 18 años resido en Inglaterra y pago las tasas al gobierno inglés», añadió.
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