... es sintomático de lo que ya es una enfermedad de nuestra sociedad, el no cerrar la puerta cuando acabas de pasar, el no dejarlo todo listo y bien arregladito... tras de mí, el diluvio, campi qui pugui... lo vemos en todos lados... en la curva de la chicane de Santandría hay un antiguo edificio en ruinas que nunca se terminó, alguien puso el nombre de un restaurante que nunca se abrió o se cerró, pero ahí sigue el cartel, medio siglo al menos en el mismo sitio, despistando a los turistas sobre su función, con lo fácil que sería borrarlo o quitarlo... y como ese otros mil... si chapas tu negocio, quítalo todo, hay una desidia generalizada, en la administración también... nadie es consecuente con el sentido común...