En octubre de 2017 se creó el Jardín de gatos de la calle Fornells de Maó, el terreno fue cedido por el Ayuntamiento de Maó y la gestión corresponde a la Protectora de Animales, que a través de voluntarios cuidan y alimentan a la colonia de gatos del barrio. Ambos organismos se comprometieron a controlar y mantener en buenas condiciones dicho espacio. A fecha de hoy es deplorable ver el estado en que se encuentra: la valla exterior y cobertura interior llena de apaños realizados por el voluntariado para intentar remediar que dichos gatos sean objeto de gamberradas o sufran por las inclemencias del viento. El 28 de marzo de 2023 se publicó la Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar animal, cuyo objetivo principal es la protección de los derechos y el bienestar animal. La pregunta que se hace cualquier persona al presenciar el estado deplorable de este jardín de gatos es la siguiente: ¿Por qué crear leyes que no se puedan cumplir o para qué tener Administraciones que no las cumplan?