Este señor del que hablan, declaro en una entrevista en este periódico hace unos meses, que el caballo de pura raza menorquina se vendía por unos 200/300 euros. A mi parecer, ha tardado demasiados meses en dimitir, pero se lo agradecemos. El presidente de la junta, si realmente esta enamorado de la raza, como es mi caso, no puede hacer estas declaraciones. El caballo menorquín es una joya, un animal con un potencial increíble y una genética envidiable. Espero que el próximo presidente de la junta, este a la altura de tan dicho noble animal, necesitamos un presidente que admire al equino, no que lo ningunee.