El pasado miércoles día 18, a un vehículo que circulaba por la rotonda situada a la salida de Mahón, junto a la gasolinera, se le cayeron varios bidones de pintura blanca. El conductor, por lo visto recogió, los envases de plástico, pero dejó un gran charco de pintura de unos 2 cm de altura, por lo que los vehículos que tuvieron que pasar por encima de la pintura quedaron completamente salpicados en sus laterales, en mi caso todo el lateral derecho, llantas y neumáticos. Al estar en la curva era imposible evitar pisar el líquido derramado. La obligación del conductor, en mi opinión, era señalizar la zona y limpiarla, o al menos, tirar arena sobre la pintura. Incluso para evitar algún accidente que hubiera podido ocurrir si llega a pasar una motocicleta, por ejemplo. Llamé a la Policía Local y a la Guardia Civil por si tenían alguna noticia del suceso e intentar que el causante del incidente se hiciera cargo de la limpieza de mi coche. No sabían nada al respecto, pero lo curioso fue que tanto los unos como los otros me dijeron que no tenían jurisdicción en esa rotonda; la Guardia Civil que pertenecía a la Policía Local y esta que correspondía a la Guardia Civil. O sea, mejor no tener ningún problema en esa zona porque está en el limbo.