Este es el aspecto que presenta la acera del Passatge Sevilla en Ciutadella desde hace años. Pasan los alcaldes de distintos colores y los ciudadanos siguen teniendo que sufrir la desidia generalizada. Una ciudad que no cuida el mobiliario urbano ni las zonas verdes, sin apenas bancos ni fuentes, que prioriza el coche al peatón, que crea aparcamientos pero que se olvida de las personas. Aceras abandonadas, suciedad y conductores de motos con complejos que atruenan a su paso. ¿Es tan difícil gestionar el superávit del Ayuntamiento e intentar mejorar el entorno para todos?