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En esas cosas de la política se pone uno a echar cuentas y acaba por tener que tomarse un Gelocatil. Resulta que tenemos, uno más uno menos, uno menos uno más, 350 escaños en el Congreso y unos 266 senadores/as; si los datos que este narrador maneja son correctos,    de los 350 diputados 150 son licenciados en derecho. Es como si el Parlamento fuese un refugio de abogados. Y no es que eso me parezca ni bien ni mal, simplemente me he permitido reflejar unos datos que me llevan a una pregunta: si esas personas licenciadas en derecho tuvieran dónde ejercer… ¿se meterían sin catarlo ni beberlo a ejercer la política en un escaño parlamentario? ¿Cuándo llega un licenciado en derecho a la conclusión de que sus ideas son de izquierdas o de derechas y a ejercer su política en consecuencia? Ese licenciado/a ha tenido que enfrentarse a muchos exámenes antes de obtener el título de su licenciatura. ¿Ha hecho algún examen para sentarse en un escaño del Parlamento para ejercer la política parlamentaria? Para conseguir un título universitario hacen falta años de estudio y preparar muchos exámenes, para sentarse en el Parlamento no hace falta nada de eso, aunque quiero matizar (y hago énfasis en ello) que es muy diferente ejercer de político a ser realmente un político. El hecho de sentarse en un escaño no le convierte a uno en político, no es, según yo lo veo, como el hecho de    tras muchos estudios obtener una licenciatura.

2 Fíjense en esa persona que va por primera vez en una lista electoral de un partido y como resultado de las urnas queda encuadrado en un partido determinado y hete aquí, que de la noche a la mañana, se ve sentado en un escaño parlamentario. Recuerdo un momento inaugural de los que llegaban por primera vez al hemiciclo procedentes de las sentadas y protestas de la Puerta del Sol. No se les ocurrió otra que dejar sobre el respaldo de la butaca abrigos, cazadoras y bufandas cuando no darle de mamar a un hijo. Tras los años ya transcurridos desde aquella peculiar puesta en escena, algunos han aprendido de la política lo que ignoraban cuando se sentaron es sus escaños parlamentarios. Permítaseme extrapolar un ejemplo: un menestral cualquiera que solo conoce las patatas en el plato, que ve la leche que toma en el desayuno dentro de un tetra brick, que no tiene ni la más remota idea de cómo se elabora un    queso… vamos, que no tiene ni los mínimos conocimientos de un missatge… ¿cómo va a trabajar como un amo de lloc? Eso es como pedirle peras al olmo.

En mi opinión, antes de sentarse en un escaño, se debería haber llevado a cabo un rodaje de adaptación y tener bien asumido que la política tiene como objeto resolver los problemas de los ciudadanos que para eso les pagan. Si tenemos una política, que además de no resolver los problemas lo que hace es crearlos, es que estamos haciendo un pan con unas tortas.

Estamos utilizando una política que no sirve, como missatge que planta las patatas en una tierra sin preparar, en un baldío, unas pegadas a las otras y sin taparlas con tierra, los tomates sin hacer plantel, poner la leche en un barreño y así, sin más, sentarse a esperar que cuaje. Si el político antes de calentar un escaño llevase un buen aprendizaje no sería tan barriobajero ni tan soez ni tan faltón y tampoco se ejecutarían obras innecesarias y se tendría más presente que la política es como las matemáticas, que todo lo que no es exacto, está mal. No puede uno en el oficio de sastre    hacer un traje sin saber antes coser un botón.