El año político no empieza en Mallorca –y por extensión en todo Balears– hasta después de Sant Sebastià, el patrón de la ciudad de Palma, y no resulta exagerado que añadir que, este 2025, también va a ser el lunes 20 de enero el primer día de lo que pasará en el mundo después de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.
Esta última ha sido una semana de trámite por lo que se refiere a los acuerdos del Govern –un dato a anotar y que anució el conseller d’Agricultura, Joan Simonet, al comentar los nuevos límites para la macrogranjas de aves: que este es un país (no dijo país) de 400.000 gallinas– y en eso influye la falta de una mayoría clara en el Parlament. Pero no será hasta pasado Sant Sebastià (y también hasta que la comitiva balear regresa de Fitur, que se inaugura el miércoles) cuando empezarán los contactos del Govern con los grupos. El primero será Vox, lo dejó claro el portavoz, vicepresidente y conseller de Economía, Antoni Costa.
Vox es un partido que se siente cómodo, cabría añadir que incluso «se divierte», en su papel. Su portavoz parlamentaria, Manuela Cañadas (o alguien encargado por esta) hizo clic en el ordenador del grupo y envió 1.583 preguntas, «a todas las secciones» que tienen que ver con la Conselleria de Educación para saber cuantos centros tienen baños mixtos, si existen protocolos y si se han presentado denuncias sobre su uso. Es la cruzada anti woke de Vox que, también en el Ajuntament de Palma –y al hilo de Sant Sebastià– optó por hacer casus beli del cartel que Lluïsa Febrer dibujó para la Santa Punxada, la fiesta LGTBIQ+ que promueve Podemos. Un cartel con un Sebastià y una Sebastiana a quienes las caricias de dos dimonis parecer hacerles olvidar las flechas clavadas en cuerpos. Una vez dijo Jaume Santandreu que hay demonios muy guapos.
No cuesta demasiado imaginar que Vox lleve a alguno de los plenos que empezarán en febrero algunas de estas cuestiones que Cañadas identifica con su «batalla cultural», ya sean los vaños mixtos o «las ofensas» al santo. Pobres Cariátides –esas cuatro columnas con cuerpo de mujer que sostienen la sala de plenos del Parlament-, saben que pueden recibir alguna de esas flechas que se cruzarán en las primeras sesiones. Pero habrá que esperar, habrá que esperar a que se apaguen los fuegos que se iniciaron en Sant Antoni para ponerse en ‘modo inicio del curso político’. Estas primeras semanas han sido (según la expresión utilizada por el socialista Iago Negueruela) «de prórroga». Según el portavoz parlamentario del PSIB (y dirigente de su ejecutiva) no es solo que el Govern haya empezado el año con las cuentas prorrogadas, sino que el mismo Ejecutivo «está en prórroga».
Ha habido una buena noticia esta semana: Palma se llenará de color en verano: el arte de Joan Miró tomará la ciudad.