No mentiré si digo que el artículo de hoy me ha asustado dos veces. Primero fue cuando vi las imágenes por televisión de la Conferencia de Presidentes que tuvo lugar la semana pasada en Santander. Ver a la presidenta de Madrid luciendo un pin de una circunferencia de color rojo, al igual que otros políticos del PSOE, me dio mala espina. ¿Será que Ayuso se habrá vuelto comunista?
La curiosidad me hizo consultar al doctor Google y éste me lo dejó claro. Aquel marchamo rojo que lucieron la mayoría de los presidentes autonómicos era ni más ni menos que «la acreditación que había otorgado Moncloa a todos los asistentes a la Conferencia». Vamos que, si a alguien de la Moncloa se le ocurre que los asistentes tienen que llevar una peineta con mantilla, allá que vamos. Pero la duda siempre está presente. ¿Acaso los de protocolo y de seguridad no conocen a todos los presidentes autonómicos, que es necesario llevar un marchamo?
A quien sí conocen y reconocen es al marido de Begoña. Al menos él no llevó el marchamo rojo, sino que siguió portando el de la Agenda 2030. Y no, Ayuso no se ha declarado comunista. O al menos no se ha hecho público.
El segundo instante que me ha asustado ha sido al cerciorarme que utilizaba bien el término «marchamo». Más claro, el agua. Dice el diccionario de la RAE que es «la marca que se pone a ciertos productos, especialmente a los embutidos». ¡Toma ya! ¿Qué habrán querido expresar los entendidos de la Moncloa? Lo que no contesta el doctor Google es por qué el marido de la Begoña no lo llevaba. ¿Acaso tendrán también subvencionado a Google?
Repuesto del susto, mi imaginación vuelve a hacerme una de las suyas. O de las mías. ¿Lo de la acreditación será algún bulo que los duendecillos de Internet me habrán querido colar? Lo descarto. Hay que ver las cosas cómo cambian. Los intereses políticos, más bien. ¿Se acuerdan cuando el marido de Begoña tenía las palabras bulo, fango y máquina del fango pegadas a la lengua y no había intervención en la que no salieran por su boca trescientas o más veces? ¿Se han dado cuenta que desde finales de octubre nunca más ha vuelto a mencionar el término máquina del fango? ¿Le habrán aconsejado sus asesores que no era conveniente provocar a los valencianos?
Y seguimos con el pin, marchamo o como se le llame. ¿Será un volante que Indicará que están a los mandos de la nave patria para llevarla a buen puerto? ¿O será un tomate que ya ha madurado lo suficiente para ser recolectado tras años de cosecha?
¿Será un tomate de kilómetro cero o importado desde tierras africanas?, se preguntarán los del fango.
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