Análisis de la semana en las Islas
Bajo las aguas, las casas (y otras cosas)
La política balear –y esta última semana dará para un tratado– parece estar marcada por una oleada revolucionaria: la de los antisistema. De un lado, un grupo (Vox) y, de otro, un Govern que necesita al otro grupo para mantenerse y en consecuencia tiene que aceptar sus reglas de juego aunque le incomode. Hace un año aproximadamente el portavoz de ese Govern, el también conseller de Presupuestos, Antoni Costa, dejó una frase para la historia: «Pensaba que teníamos un pacto». Fue cuando se enteró de que Vox no iba a votar a favor de su techo de gasto si no conseguía contrapartidas. Aquello pasó pero, desde entonces, la política balear –casi siempre con Costa en el centro de todas las negociaciones– ha sido una sucesión de imprevistos que el pasado martes vivió su día grande en el Parlament durante la convalidación del decreto de simplificación administrativa que salió de esa sesión convertido en una ley que precisará de dos nuevos decretos para su entrada en vigor definitiva.
También en Opinión
- Antonio de Olives, veterinario: «Son nobles, pero el día que atacan no sueltan»
- Herido grave un joven al recibir una puñalada en el pecho tras una pelea en Ciutadella
- El cirujano Jeremy London te da la clave de qué hacer si te da un ataque al corazón cuando estás solo: «Siéntate de esta forma»
- Una cadena de ropa deportiva abre tienda en el polígono de Maó
- Ciutadella ya está conectada con Francia: arranca la única ruta marítima internacional de Menorca