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No es lo mismo liarla que hacerse un lío. Mucha gente se hace un lío con estos conceptos, parejos pero disimiles, los confunde, y en lugar de liarla parda, se hace un lío. Con las tristes consecuencias que son de imaginar. Tampoco es que tengan un lío, que eso es otra cosa digamos amorosa, es que en el ímpetu y el afán de armar líos, pierden el hilo y se lían sin remedio. Se lían a tiros, o a hostias, la cosa acaba mal. Nuestra derecha del PP, por ejemplo, cuando ve una buena ocasión para liarla, lo que sucede casi a diario y más si sobrevienen catástrofes, atmosféricas o humanas, en su frenesí por embrollar, engañar, atacar y complicar al Gobierno (por liarla, en definitiva), olvidan lo que hicieron el día antes, o lo que dijeron otra vez en circunstancias similares, y se contradicen a más y mejor. Se embrollan a sí mismos, se lían. Y si hace poco en la pandemia atacaron ferozmente al presidente Sánchez por decretar el estado de alarma, y hasta lograron que el Constitucional lo declarase ilegal, ahora lo acusan de lo contrario, de no hacer nada y exhibir una ausencia asesina hacia las víctimas y los muertos. Tremendo, sí, pero eso no es forma de liarla. Se les nota mucho que se han liado en su propio embrollo, se les fue la olla y no saben lo que dicen. Como cuando en una reyerta de cantina el tipo se lía a tiros sin precisar, a lo loco, y se carga al pianista. Y quien dice al pianista dice a la vicepresidenta Ribera, a fin de liarla también en Europa. Un desastre bastante ridículo, un lío de padre y muy señor mío. Y es que el arte de liarla tiene sus reglas y sus requisitos, y hace falta ser un liante serio y riguroso, experto, para liarla bien liada, sobre todo si se trata de un lío de dimensiones continentales. O al menos, disponer de un equipo de asesores en la materia, asesores embaucadores, que lleven además la contabilidad de líos y embustes a fin de evitar contradicciones y desmentidos. Y que no confundan liarla con liarse, práctica que deja en mal lugar a cualquiera. No me explico por qué nuestra oposición, puesto que se dedica a eso, no contrata a varios liantes profesionales, capaces de mantener el raciocinio y la serenidad mientras la lían parda.