04/09/24 4:00
Recuerdo la primera vez que tuve entre las manos el «Apetite for Destruction», de Guns N’ Roses. Sé que ahora «Sweet Child of Mine» es un hit bailable que no falta en ninguna reunión de cincuentones. Pero estoy hablando de finales de los ochenta. Fue en la habitación de mi amigo Dani. Él acababa de llegar de Inglaterra. Ya solo la portada de aquel álbum me flasheó. Espera a escucharlo, me dijo. A los pocos días ya me sabía de memoria la letra de las doce canciones del disco.