La reunión del Consell de Govern este viernes ha supuesto el inicio de la temporada política tras un mes de agosto inusualmente tranquilo. En mayor o menor medida, todos han estado de vacaciones, algunos de los protagonistas políticos fuera de las Islas huyendo de la masificación de Balears en sitios más tranquilos o quién sabe si ayudando a masificar, ese fenómeno que se extiende globalmente sin que nadie encuentre una solución definitiva hasta el momento. Ya veremos cómo acaban las reuniones que han comenzado en las Islas para abordar este asunto, pero este en un verano en que la ‘sensación’, que diría Iago Negueruela, es que ha habido un poco menos de saturación que en las dos temporadas precedentes.
Aún queda una semana de agosto de cierta calma, como ha sido todo este mes, pero septiembre comienza con toda una bomba de hidrógeno que hace prever que el periodo de sesiones se iniciará como acabó: con un grado de tensión insoportable del que la máxima expresión fue ese gesto violento del president del Parlament, Gabriel Le Senne, arrancando la imagen de Aurora Picornell después de que Mercedes Garrido se negara a retirarla. Volvemos a un entonces, con dos meses de paréntesis como si nada hubiera sucedido, porque los plenos vuelven a ese mismo punto: a una sesión en la que se volverá a hablar de Aurora Picornell, pero sobre todo de Le Senne. Hay que votar si sale o no de la Presidència del Parlament, mientras su caída se antoja cada vez más difícil. Todo apunta a que Marga Prohens preferirá tragarse el sapo y aguantar a un Le Senne al que ya había dado por amortizado que ahondar en un conflicto con Vox que, hasta ahora, ha tenido nulas consecuencias para ella. A fin de cuentas, al PP le basta con una abstención para salvar a Le Senne y, a la espera de lo que pase esta semana, todo apunta a que eso será lo que ocurra.
A partir de la primera semana de septiembre se podrá comprobar si se cumplen los buenos deseos de paz y concordia que se expresaron al final del último periodo de sesiones o los plenos vuelven a estar presididos por ese ambiente tóxico e irrespirable con que acabaron en junio. A pocas esperanzas porque las calmas de agosto han sido engañosas. No se sabe en qué punto de sus relaciones vuelven PP y Vox al Parlament pero esa nueva relación, si es que hay una nueva relación, afectará a cómo actúe la oposición. Si Le Senne sigue siendo president del Parlament, no parece probable que la oposición de una tregua a Marga Prohens, así que, muy probablemente, los plenos serán un volver a empezar lo que se dejó en junio.
La presidenta del Govern y el portavoz del PP, Sebastià Sagreras, pidieron a los diputados del PSIB, Més y Podemos que aprovecharan el verano para reflexionar. La realidad es que conviene que lo hagan todos porque la tensión política no crece si no se alimenta.