Todos sabemos que el amor ha motivado historias conmovedoras y pasionales, pero también ha sido la causa que ha desencadenado auténticos conflictos y dramas personales. Lo que en un inicio es un simple enamoramiento puede derivar en una pasión, que convertida en artrosis sentimental, puede llegar a marcar el futuro político de un país. Disponemos de abundantes ejemplos. Desde al amor que rigió entre Marco Antonio y Cleopatra que cambió el curso de la historia de su tiempo hasta, pasando los siglos, el amor del Rey Eduardo VIII que se enamoró perdidamente de la viuda norteamericana Wallis Simpson, lo que le indujo a renunciar al trono de Inglaterra en el que solo duró 11 meses.
En el terreno de la literatura también han surgido grandes pasiones que han transcendido los siglos. Romeo y Julieta, nuestros amantes de Teruel, el amor que Dante profesó por Beatriz y que dio pie a «La Divina Comedia», los sentimientos que unieron a Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, siempre entonados en el Café de Flore parisino... En el terreno artístico, y solo en el último siglo, podemos recordar a la musa de Hitchcock, la pija de Filadelfia, la bella Grace Kelly y al soso príncipe Rainiero III de Mónaco, al gran John Lennon y a la horrorosa Yoko Ono en una demostración de que el amor es ciego, a Liz Taylor y Richard Burton en lo que fue una pasión varias veces repetida, al ampurdanés Dalí con su idealizada Gala, a Joanne Woodward con Paul Newman, esa pareja feliz, etc.
Pero también ha habido parejas enamoradas que han sido delincuentes tan conocidos como Bonnie and Clyde, estos atracadores de lo público y lo privado. Porque sí, a veces el amor induce a la delincuencia, sea ésta económica, política o incluso ética. Como dijo Oscar Wilde:«El misterio del amor es mayor que el misterio de la muerte».
Nadie puede saber las emociones amorosas de un presidente del Gobierno hacia su esposa. ¿No debería ser capaz ese hombre profundamente enamorado de cualquier cosa con tal de protegerla? ¿No debería de mentir sin parar ni actuar como si no le fuera con él las acusaciones que la asedian? ¿No debería de movilizar todos los recursos del estado y de su gobierno en su defensa? Pues claro que sí. El amante perfecto lo da todo por su amada, incluso su honra y su honor. «Todo por la Patria».
Pero el peligro de disparar tantas ráfagas contra la Justicia española por haber cometido el pecado mortal de investigar los movimientos sísmico-económicos de su amada puede jugarle una mala pasada y divorciarle de la realidad. Ya sabemos que «El amor hará pasar un elefante por una cerradura»(Samuel Richardson) pero el señor profundamente enamorado «debería vigilar ese constante asedio y hostigamiento al magistrado instructor para desprestigiar la Justicia, la independencia judicial y, en último término, el Poder Judicial como poder soberano de la Nación. Esa que administra la Justicia que emana del pueblo (no del Gobierno) en nombre de Su Majestad el Rey (no del presidente del gobierno)».
El amor a veces puede llevar a desalojarte del Poder. Para antes del próximo 14 de febrero, Dia de los amantes, habrá novedades, seguro.
Notas:
1- Los municipios que promocionan en Menorca el ‘cubo a cubo' ¿son ‘rats friendly'? Ho semblen.
2- La consulta de ERC sobre Illa ha sido todo un éxito al romper el partido en dos. Enhorabuena.
3- Sí a Illa: Ganaron los amantes del ‘comedero' aún a costa de romper el independentismo. Intereses humanos.
4- A muchos irrita escuchar a Sánchez decir que «estoy feliz» (como una perdiz) cuando en España cae la mundial.
5- ¡Y ahora falta la escena final de Puigdemont! Atentos a un espectáculo que puede ser grandioso...
6- ...porque cualquier cosa puede suceder en .cat .
7- En los primeros 4 días de agosto han llegado en pateras a Balears 350 inmigrantes ilegales.
8- La impunidad de los pelets: ¿Nadie protestará a la Generalitat para que ‘amolli doblers' por el daño causado?