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No es una tarea fácil querer conocer cómo reacciona el personal ante sentencias que por juzgar a personajes conocidos motivan el interés de ser seguidas a lo largo y ancho de todo el país y aun si me apuran añadiré que sobrepasan fronteras. Pongo por caso el conocido ERE de Andalucía que el PP utilizó como ariete contra el PSOE y lo utilizó hasta la náusea.

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La prensa del último miércoles 17 de julio de 2024 venía con grandes titulares: «El Constitucional anula las condenas a Chaves y Griñán por el caso de los ERE». ¡Pues mire usted! Llover, lo que se dice llover, ya ha llovido desde que dio comienzo la cuestión penal a la que fueron sometidos la cúpula socialista de Andalucía ordenando ahora a la Audiencia Provincial de Sevilla que dicte otra sentencia en la que rebaje sustancialmente la pena por prevaricación y elimine íntegramente la de malversación que es la que comportaba pena de cárcel. Conviene refrescar la memoria recordando que la actuación del Tribunal Supremo sentó en el banquillo a dos expresidentes: Manuel Chaves y José Antonio Griñán y mandó a la cárcel a seis altos cargos de la Junta que ahora verán sustancialmente modificadas sus penas. Pero fíjense en lo que ha dicho el abogado de José Antonio Griñán señalando «el daño irreparable» que ha provocado este proceso a su cliente. Qué quieren que les diga, a mí siempre me ha parecido muy difícil aceptar como completamente normal que la pena impuesta por un juez en un juzgado, sea más tarde modificada por otro juez en otro juzgado. A parte de lo chocante que a un lego en estos asuntos le pueda parecer, la distinta actuación de dos jueces que juzgan la misma causa y se supone que basada en el mismo código penal, luego los resultados varían y varían según el juez o el juzgado que vuelve sobre el sumario ya utilizado en una primera, segunda o tercera sentencia. Mientras tanto a las personas que se ven sometidas a esas situaciones no les queda otra que agarrarse a lo que dice la sabiduría popular: «para pleitear hacen falta tres sacos: uno de papeles, otro de dinero y un tercero de paciencia». No sé a ustedes pero a mí se me pone el cuerpo jota cuando me entero que un condenado tras muchos años de cárcel ha salido de ella porque se ha comprobado que el culpable sea otro pero estaría mejor si el juez que le metió preso fuera capaz de resarcir el inmenso daño causado a un inocente.

Lo que ha pasado con los ERE de Andalucía se ve ahora sustancialmente modificado. ¿Pero quién modifica los perjuicios causados? El PP en su malsano afán de utilizar todo ese asunto, ¿no tiene nada que decir? Cuando es la propia opinión procesal la que se modifica.