TW

Ha quedado claro, ya que se ha verbalizado de manera explícita    por sus propios promotores, que mañana al mediodía Ciutadella protagonizará la votación de la moción de censura más atípica de la política española.

El desalojo forzado de la alcaldesa Juana Mari Pons Torres, relevada por Llorenç Ferrer que ocupó el tercer puesto en la candidatura del PSOE en las elecciones de mayo de 2023 plantea muchas preguntas sin respuesta, tesis ni síntesis.

Esta extraña moción, que desnaturaliza el sentido y significado del artefacto político contemplado en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, se pretende aplicar al haber alcanzado, trece meses después, el acuerdo que fue imposible en junio de hace un año.

Como no hay censura que justifique o motive la moción, se invoca la aritmética. «Somos once, que sumamos más que nueve», este es el único argumento, la pretendida gran explicación que nada explica ni aclara.

Noticias relacionadas

Es la única tesis que, al unísono, invocan el PSOE, PSM y Ciutadella Endavant. Pero, ¿el PSOE de Carol Cerdà es el mismo que el representado por el alcaldable Llorenç Ferrer, como respondió ayer mismo cuando le indiqué que era alcalde in pectore?

Y ¿aquella Ciutadella Endavant de Sebastià Servera, que renunció desbordado y abrumado por los acontecimientos, es la misma que la de Carla Gener?

¿Por qué también están forzando la dimisión de Estefanía Moll para ser reemplazado por Miquel Ametller, que ya ha pedido la excedencia? Con la silenciada cuestión nuclear que sigue sin contestación: ¿cómo, cuándo y por qué se gestó y consumó la dimisión de Josep Juaneda en todos los cargos del PSM?

Dos alcaldes -Ferrer y Maria Jesús Bagur- por el precio de uno, nuevo organigrama de gobierno, alternancia en febrero del 2026, y los funcionarios municipales, atónitos, contemplan el espectáculo que no cesa. Una vez más, la bituminosa y heteróclita realidad supera la ficción.