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Estamos acostumbrados al actual contexto político, donde las palabras confunden más que aclaran, donde la mitomanía de algunos pseudolíderes ha ocupado todo el discurso politico y donde la amnesia por las promesas hechas es generalizada.

Pero siempre hay excepciones y aquí tenemos a Marga Prohens, cual rara avis, cumpliendo su promesa electoral, con los más de 18.000 profesionales, sanitarios y no sanitarios del Ib-Salut y y rescatando con gran relevancia institucional y mediática el derecho cercenado por la expresidenta Francina Armengol en 2018, hasta 2023. No era la primera vez que un Govern de Pacto de Progreso perpetraba un hachazo a la carrera profesional, que se había legislado en la Lops del año 2003, por la mejor ministra de sanidad, de nuestra democracia, Ana Pastor.

Conviene recordar que en 2010, el dúo Manera y Vicente Thomás ya la había mutilado, bloqueando su desarrollo y recortándola un 25    por ciento. Hay que volver a recordar que el inicio y la recuperación de la carrera profesional en todos estos años el liderazgo , lo ha tenido Simebal que ha tenido en el Dr Martí March y el doctor Ramon García los mejores negociadores sindicales. Dolió e indignó mucho al colectivo médico que Francina Armengol no recuperara la carrera profesional tras la pandemia, desvalorizando, el compromiso y la absoluta dedicación del colectivo médico y de todos los profesionales en la atención a los enfermos, en situaciones muy precarias de seguridad y más tarde el gran esfuerzo, pospandemia para disminuir las largas listas de espera. Todo por y para los pacientes.

Tras la retórica de la expresidenta, se imponía la dura realidad de la falta de un reconocimiento explícito para el colectivo. No me olvido que tampoco retribuyeron al colectivo médico la productividad variable de los últimos dos años de su legislatura. Las mejoras retributivas que realizaron en el año preelectoral se pagaron con una parte correspondiente a la carrera profesional que ellos mismos habían bloqueado en el 2018. Bien, la deuda dejaba a todos los profesionales, desde el 2018 se va a los 140 millones de atrasos según los datos del Ib-Salut, a los que hay que sumar 40 millones para los profesionales que suban de nivel.

El 2 de julio fue un gran día para la sanidad pública para sus profesionales para los médicos y también para los ciudadanos que saben del gran esfuerzo realizado por todos los profesionales sanitarios y no sanitarios del Ib-Salut y que no entendían que tras la experiencia vivida tras la pandemia fueran maltratados por el Govern de progreso.

Bien, en la vida hay que ser agradecidos y por eso Simebal    felicita de nuevo a Marga Prohens, a la consellera Manuela García, tras las matrículas de honor por decisiones en la gestión, esta recuperación de carrera, se podría calificar de sobresaliente cum laude y por supuesto a Javier Ureña, a Verónica Segura y a Marga Bujosa, así como todo su equipo técnico que en mes y medio han logrado reactivar la carrera profesional, mostrando un gran talante negociador con todos los sindicatos. Aquí, una vez más, Simebal ha sido de nuevo el sindicato líder.

Quedan unos flecos, entre ellos, el ajuste de la calendarización de la retroactividad a la presente legislatura y lo que sería la guinda del pastel, con lo cual tendríamos la mejor carrera profesional de toda España que consistiría en el último año de la legislatura y actualizar las retribuciones de los cuatro niveles con la media española. Esto nos permitiría captar y fidelizar médicos, que es el talón de Aquiles de nuestra sanidad pública.

Somos conscientes del gran esfuerzo económico que supone para la comunidad -190 millones de carrera profesional para estos cuatro años-, pero pensamos que de cara al futuro podríamos conseguir y consolidar una carrera profesional que fuera un gran acicate y motivación para que podamos traer los médicos que necesitamos.

En esta legislatura en que el Govern recupera el gran derecho de los médicos y de los otros profesionales -bandera que hasta ahora había exclusivizado los gobiernos progresistas-, quedan muchos retos con los que Marga Prohens y Manuela García se han comprometido y que van a generar unos grandes avances en la sanidad pública, y sobre todo, en los ciudadanos de las Illes Balears: hay que acelerar en la salud mental en el ámbito sociosanitario en los cuidados paliativos en la recuperación de la atención primaria, donde hay que volver a recordar que no es posible cambiar el modelo si no existen médicos y eso conlleva que hay que incentivar retributivamente a los excelentes médicos de atención primaria y otorgar autogestión a los centros de salud.

Hay que fidelizar a los miles con contratos indefinidos cuando acaben y plantearse que cobren en el último año de la residencia el nivel uno de carrera profesional, hay que valorar de forma retributiva y no retributiva la gran labor realizada por los tutores y seguir con las estrategias para captar y fidelizar médicos con medidas como la insularidad y la mejora progresiva en las guardias.

Esto supone una voluntad presupuestaria progresiva y creciente, de ahí la oportunidad de explorar modelos de financiación extra, entre los cuales destacaría la ecotasa sanitaria, el régimen especial balear y la reclamación de la deuda histórica, que el Estado contrajo con nosotros en el año 2003, cuando se realizaron las transferencias y donde recibimos 100 € menos que la media española. Bien, el gobierno de Marga Prohens y la consellera Manuela García saben y así lo han demostrado la importancia y la apuesta, decidida de cuidar y respetar a los profesionales que es la mejor forma de cuidar a los pacientes.

Cumplir la palabra dada y las promesas son unos valores claves para mejorar nuestra maltrecha democracia, donde actualmente abundan falsos líderes que adoran su ombligo, acompañados por acólitos, que renuncian a tener pensamiento crítico y a discrepar, atrapados en una avergonzante claudicación, ética y estética.

Renunciar a mentir, cumplir las promesas y gobernar para todos son las únicas herramientas para que los políticos se vuelvan a acreditar y es la única forma de atajar la creciente y progresiva desafección de los ciudadanos hacia ellos. Simebal seguirá a lo largo de estos tres años en una postura negociadora, y también reivindicativa, defendiendo al colectivo médico, que es el líder asistencial de la sanidad pública. Ya saben, en victoria transitoria porque nunca hemos estado en doma.