TW

Ha llegado Julio y no es el cantante sino el mes húmedo, medio caluroso y agobiante de este verano que nos dice al oído de quienes estamos dispuestos a sobrevivir, que la paciencia hace al santo y desde la atalaya que les comenté    en mi artículo de la pasada semana, sigo oteando el horizonte de los espacios perdidos. Y me asombro, tiemblo y no por frío al ver la plaza de Es Born abarrotada de vehículos de toda índole y algún que otro peatón sorteándolos y alguna mamá buscando a su extraviado retoño. Estaremos ante la venganza de las máquinas por haber sido superadas por la invasión sufrida por Sant Joan?, hay más coches que caballos?

Giro mi periscopio hacia levante y veo las calles del centro de Mahón tomadas por gentes que no son Pons y me recuerda a la escena de la película «Bailando con lobos» cuando un grupo de guerreros indios intenta dar caza a una manada de búfalos en estampida solo para conseguir sus pieles para el próximo invierno y la carne para sobrevivir. Aquí y ahora, si Manitú no lo remedia se van a cortar más de una cabellera, ya se ven caras pintadas con colores de guerra y hachas desenterrándose por parte del GOB, la pipa de la paz ya se fuma menos por prohibiciones y las señales de humo no sé muy bien lo que dicen, pero ciegan la vista y eso no es lo más aconsejable.