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Sábado 29 de junio por la mañana. Me aseo escuchando «Love the one you’ are with» de Crosby, Stills and Nash. Tiempos hippies, tiempos norteamericanos. Los Estados Unidos de Norteamérica siempre están de moda y acostumbran a ser el centro de toda la política europea porque aquí, quiérase o no, seguimos dependiendo de ellos para continuar siendo lo que somos. Lo vemos ahora en Ucrania. Sin su ayuda esa parte de Europa ya habría sucumbido bajo la bota del autócrata ruso.

Sí, desde el final de la Segunda Guerra Mundial los norteamericanos han sido los guardianes de la pax europea a cambio de habernos introducido sus formas de vida: Coca-Cola, jeans, rock and roll, películas de Hollywood... Y también fondos buitres y otras cadencias económico-comerciales que han convertido nuestro continente en un gran mercado para Norteamérica. Estas influencias han modelado la vida popular de nuestra Europa y han igualado culturalmente a las dos orillas del Atlántico norte. Money y way of life a cambio de seguridad.

No es fácil entender la vida de muchos europeos de varias generaciones sin enlazarla con los iconos más conocidos de la cultura americana. Desde Marylin Monroe y Kim Novak hasta Woody Allen o John Ford, desde Paul Newman y James Stewart hasta Clint Eastwood o Morgan Freeman, o Meryl Streep o Katherine Hepburn... o Bogart, EG Robinson, Cagney... desde Henry Miller hasta Kerouac. Desde el «make love, not war» hasta la histeria de las iglesias ultraconservadoras. Desde el melting pot neoyorquino, californiano y latino de Florida y Texas al racismo aún latente. Desde Sinatra a Bruce Springsteen, desde los movimientos hippies de Woodstock hasta el envenenamiento pijo de lo woke, desde el conservadurismo de la América profunda hasta los progres de Nueva York o California. Desde Berkeley a Stanford, Harvard o Yale. Republicanos y demócratas, dos caras de una misma moneda.

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Hace unos pocos días debatieron en la CNN, en primera vuelta, los dos candidatos a la presidencia de los USA en las próximas elecciones de noviembre. Para alegría de unos y desesperación de otros el resultado demostró las fortalezas y carencias de cada uno de los dos contrincantes. Y los demócratas se llevaron la peor parte hasta el punto de que una crisis de inseguridades se ha instalado en sus filas. Biden no es ya el candidato más adecuado. Dicho claramente: chochea demasiado. Estos días debaten si hay tiempo o ganas de cambiar, aún, de candidato. ¿Volverá la saga Obama? Mientras, el republicano Trump, con todos sus defectos y sus juicios, morales o no, salió triunfador del embate televisivo y parece tener el camino despejado para ganar la nueva carrera. Eso podrá desesperar a algunos, o a muchos, pero será la voluntad del pueblo americano. El problema es que ni uno ni otro son de fiar para un europeo. El primero está gagá y el otro es un aislacionista impredecible. Veremos qué nos depara el futuro.

En otro orden de cosas, el año pasado viajé a Normandía. Y ya comenté que me emocioné al ver aquellas praderas abarrotadas de cruces en recuerdo de los cientos de miles de soldados norteamericanos, británicos, canadienses, australianos... abatidos en aquellas playas al combatir por todos nosotros para liberarnos del nazismo. Se acaba de cumplir el 80 aniversario de aquel Día D. Es algo que no deberíamos de olvidar nunca. La maldad existe y la querencia por el poder abusivo también existe. Y la locura política también. (Lo acabamos de ver en nuestra misma España donde un grupo de fanáticos iluminados pretendía convertir Cataluña en colonia de Putin). Cada uno de nosotros deberíamos ‘desembarcar’ diariamente en nuestra playa particular para preservar la libertad individual que algunos aprendices de autócratas nos quieren arrebatar. ¡Hem d’anar vius!

Notas:
1- EREs: por más que mangoneen la sentencia aquello fue un latrocinio a lo bestia: ¡680 millones del ala!
2- No lo lamenten, expliquen las causas últimas del ascenso de la derecha radical en Europa.
3- Los judíos franceses han declarado que prefieren a Le Pen antes que al radical, y pro-Hamás, Mélenchon.
4- Fracaso descomunal de Sánchez en Cataluña. Illa será humillado por ERC y solo podría ser presidente con el apoyo del PP y de Comuns, más la abstención de Vox. Única forma de aislar al nacionalismo.
5- Menorca: Varios restauradores nos cuentan que al llevar las basuras a los ‘cajones’ que les han asignado para depositarla tienen que hacer ruido antes de entrar para espantar a las ratas.
6- Mahón: Aumenta la oposición general a la recogida de basuras ‘cubito a cubito’, ese ataque a la intimidad y a la estética. ¿Les extraña?
7- Las banderas de particulares, aún respetables, deberían ser usadas solo de forma privada. Si no ¿Para cuándo la bandera de los Rolling Stones o de Bruce Springsteen en los balcones de los ayuntamientos?
8- 1.700 soldados españoles guardan el flanco este de la OTAN frente a Putin. Menos mal que no tuvieron que ser enviados a Cataluña para luchar contra el mismo enemigo.
9- El viernes día 5 de Julio declara ante un Juzgado la mujer de Sánchez acusada de corrupción y malversación.