Leo y no me sorprende, que un sindicato educativo haya protestado porque la felicitación de Navidad de la Conselleria de Educación representa un nacimiento lo que, a juicio de este sindicato rompe con la «neutralidad religiosa». Tampoco me sorprende cuando las noticias mencionan los resultados del informe del Programa para la Evaluación Integral de Alumnos (PISA) de 2022, en que los alumnos de Baleares han obtenido resultados por debajo de la media española. ¿Qué se puede esperar de quienes no entienden que la Navidad tiene un significado religioso?
Otro que también se las trae es uno al que llaman artista, quien expuso en un hotel de Sevilla -en el marco de un congreso de belenistas- un nacimiento sin la Virgen María y con dos San José que arropaban al Niño Jesús. Según declaraciones del mentado «artista» pretendía dar un mensaje de inclusión y promover el amor y la aceptación universal del mundo Lgtbiq+. Desconozco si consiguió su objetivo, lo que sí está claro es que anuló a todo el universo femenino y a la maternidad misma. Tal vez, también tendría que hacérselo mirar.
Y podríamos citar muchas más ocurrencias que se dan en contra de la Navidad, pero no sería justo darles una publicidad que no se merecen. Y lo curioso es que los dardos siempre atacan los valores occidentales. La libertad de expresión para estos individuos solo es en un sentido, aunque en eso no son los únicos. Últimamente lo estamos observando en una -aquí sí- gran parte de la sociedad española. Son incapaces de aceptar otras realidades que no sean las suyas, ni respetar otras sensibilidades, ni creencias, por mucho que estén en minoría.
Aún así, la Navidad no excluye, sino que integra. Todos están invitados a participar de ella. A disfrutarla y, como si se tratara de un medio social, compartirla. Vivirla en familia y en la amistad. Compartirla en los medios y en las vías. Engalanarla, disfrutarla, contagiarla, y quien no quiera participar de ella, tiene toda la libertad para rehusarla, negarla y excluirse, ¡faltaría más! Y si quieren felicitar o ser felicitados por el solsticio de invierno, la paga doble o el fin de año, bienvenidos sean, que lo digan, pero la Navidad es cristiana, por mucho que los nuevos progres digan lo contrario.
Y en el pesebre la Virgen María es mujer y San José es hombre. Y el Niño Jesús es varón. Y quien no esté de acuerdo que se invente su propia ilusión o que reescriba la historia, aunque eso sí, respetando los copyright ya existentes.
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