El Cercle d'Economia de Menorca destapa que la Isla no está incluida en el PERTE, palabro de la familia de la resiliencia que alude a los planes estratégicos para la recuperación, reclamado por el sector turístico al Gobierno.
La propuesta redactada en abril del 2021 por Exceltur, lobby formado por las 33 empresas más relevantes y con mayor peso del turismo español, no ha incluido a Menorca. El objetivo es conseguir que una parte de los Fondos Next Generation UE, que en Menorca nadie aún ha visto, impulse la modernización y transformación de la industria turística nacional. La ministra Reyes Maroto ya dijo en Fitur, en enero, a Exceltur: gracias por vuestro plan para el que habeis presupuestado en 15.000 millones de euros, porque yo me quedo con el mío, para el que Pedro Sánchez me ha prometido 3.400.
Pero, hablemos de Menorca, con el senador Cristóbal Marqués que ya preguntó ayer al Gobierno si piensa aprobar el PERTE turístico con la exclusión de nuestra Isla: ¿cuál es el modelo y la oferta que ha de ofrecer Menorca a los turistas?
Para responder debemos averiguar cuántas licencias se han presentado en el Consell, con certificado responsable, que están pendientes de autorización para la comercialización y explotación de viviendas turísticas. El PTI del 2003, sometido a una interminable revisión que nos dicen estará terminada este año, fijó un crecimiento sostenido de 6.000 plazas, que los hoteleros aceptaron. Pero durante estos últimos doce años se han autorizado 30.000 nuevas plazas extrahoteleras en la Reserva de Biosfera menorquina, que también necesita una ley-río.
Vivimos en una Isla. Ello implica fijar -y el consenso sería posible- unas limitaciones, porque los espacios y los recursos son limitados. Lo que ya no se entiende es que siempre se recorte del mismo lado. La exigencia de normativas para ejercer la actividad turística, más de 200, debe aplicarse a todos.