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El secretario del Consejo Rector de Coinga, Santiago Lafuente, afirmó ayer que «la actividad que desarrollamos no es de jardinería, somos una empresa que genera valor, economía, puestos de trabajo y medios de vida».

Al recoger el premio otorgado a la Cooperativa Insular Ganadera de Menorca como mejor cooperativa de España en el ámbito del desarrollo rural, Lafuente tuvo que recordar y reivindicar algo tan evidente como son las funciones que realizan los payeses en las explotaciones agrícola-ganaderas de la Isla. Es verdad que el sector primario ha ido perdiendo peso en el conjunto del PIB menorquín, pero no es menos cierto que son los agricultores y ganaderos quienes gestionan y cultivan la mayor parte del territorio de esta región insular declarada Reserva de Biosfera.

Y también modelan el territorio, porque el paisaje rural menorquín -elemento que configura la identidad de la Reserva- es el resultado del trabajo realizado por muchas generaciones que hoy constatan, con desánimo y preocupación, como el campo no genera los rendimientos para seguir. Hay muchos 'llocs' amenazados a pesar de la ilusión y el relevo de jóvenes agricultores.

Coinga, que es un ejemplo de colaboración de payeses y propietarios, se ha ganado el reconocimiento que ayer entregó en Madrid el ministro de Agricultura, Luis Planas a Santiago Lafuente. Porque la cooperativa creada en 1966 recoge y procesa hoy el 50 por ciento de la leche de Menorca, elabora el 40 por ciento del queso Mahón-Menorca con denominación de origen -de cuyo consejo regulador fue socio fundador-, y comercializa sus productos en más de 35 países. Son datos que avalan el esfuerzo y el compromiso de todos los que forman Coinga. Y al mismo tiempo constituyen una garantía para la continuidad al sector primario, del que depende el mantenimiento del paisaje rural de la Isla. Que no sea necesario volver a explicar el trabajo de los payeses de Menorca.