Desconocemos los 600 proyectos, públicos y privados, que, según la presidenta Francina Armengol, «podrán optar» a los fondos públicos Next Generation EU, dotados con aportaciones millonarias de la Unión Europea para activar la recuperación económica post-covid.
Aunque aún no haya trascendido, en Menorca y desde Menorca se han diseñado algunos de estas inversiones para transformar y reactivar la actividad económica de la Isla. Proyectos de gran calado, que, de ser aprobados, inyectarán recursos a la economía local con nuevos valores y la creación de puestos de trabajo vinculados a sectores emergentes.
Necesitamos las vacunas, cierto, y las campañas de vacunación darán comienzo en las próximas semanas con los grupos de más riesgos y los profesionales sanitarios, más expuestos al contagio. Pero desconocemos aún la eficacia y el ritmo de la población inmunizada. Pero necesitamos mucho más que las vacunas para vencer al 2021, que empezará bajo el signo de la incertidumbre, las restricciones y los repuntes, porque aún no hemos ganado la batalla a un virus que sigue circulando, destroza familias y mantiene la economía, concretamente todo lo relacionado con el turismo, en situación de parálisis severa.
Los proyectos Next Generation, financiados con fondos públicos que la UE facilitará a sus estados miembros en forma de préstamos o subvenciones a fondo perdido, deben ser aceptados primero por los gobiernos centrales de estos estados.
Hay que argumentarlos con planteamientos convincentes ante las autoridades europeas para acceder a este mecanismo extraordinario por su cuantía, concepto de metamorfosis y capacidad de crear nuevos modelos, lo que venimos debatiendo hace tantos años en Menorca sin conseguir ponernos de acuerdo. Govern, y Consell también, han de defender, reivindicar y gestionar para que estos fondos europeos no pasen de largo.
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