Las próximas elecciones generales o legislativas, como ustedes prefieran, pueden adelantarse. Tal cómo están las cosas sería lo más lógico, toda vez que el señor Sánchez, no tiene votos para presentar ante el resto de la Cámara de Diputados, unos presupuestos propios. Sin los votos de los separatistas catalanes, el encaje de bolillos para permanecer en la Moncloa tiene que ser extraordinario y, posiblemente, ni con eso saldría bien librado, de modo que lo más lógico sería dar la legislatura por terminada, disolver las Cámaras y convocar al país a las urnas. Con todo, según a mí se me figura, no solo es el presidente Sánchez, quien tiene que darle un repaso a fondo a la ingeniería de lo que puede suceder como consecuencia de seguir hasta agotar la legislatura o decir urbi et orbi, señores: hasta aquí llegó el agua. Para tal día nos vemos en las urnas.
Parece que dicho esto, estaría todo dicho, pero la cosa tiene mucha tela que cortar, pues el hecho de que el catalanismo radical no vote los presupuestos del gobierno, y eso nos lleve a unas elecciones anticipadas, que bien pudiera ser que las perdiera el PSOE, no debería el Sr. Torra, Puigdemont más todos los destacados responsables del procés echarlo en saco roto lo que se les viene encima, pues habría que contemplar que de ganar el PP, la probable aplicación inmediata del artículo 155, aparte de no encontrar ninguna empatía hacia sus conocidas intenciones independentistas. La ecuación es sencilla, si Sánchez Castejón perdiese las elecciones, los independentistas perderían algo más que unas elecciones. Por de pronto, Puigdemont ya podría ir pensando en una estancia dilatada por Europa. En cuanto a Torra, tampoco se le iba a despejar el futuro como muy Honorable President de la Generalitat, y el futuro los presos independentistas que van a ser juzgados en breve, que ya veremos cómo se subsanan los juicios. Tampoco quiero decir que ni el PP ni el PSOE, tengan seguro el hecho de aplicar o no algún indulto. La mayoría de la militancia socialista está en contra de este derecho de gracia.
Como ustedes ya habrán advertido, ir a unas elecciones anticipadas no beneficia para nada a Quim Torra. Por eso, ese órdago que se trae de que no van a votar a favor de los presupuestos que el gobierno vaya a presentar en el Parlamento, habría que hacérselo mirar, por más que no es la primera vez que echan puntada sin hilo. Por otro lado, el presidente Sánchez, debería de darse cuenta cabalmente de su endeblez parlamentaria, y de paso, no coger el dichoso Falcon para ir a ver un festival musical o de ir de vacaciones con la familia y el perro. Ya lleva suficiente tiempo gobernando para haberse dado cuenta de que cualquier cosa que haga o diga va a ser fiscalizada por una oposición que le tiene ganas y que no ha asumido, que el actual presidente del gobierno alcanzó el poder legalmente. Una oposición a la que no le cuadra nada el título de leal oposición, pues actúa muy contraria a ese principio democrático. El presidente del Gobierno no debe ir por la vida como si fuera inamovible del sillón que ocupa. Da la sensación de ser otro presidente al que los asesores no asesoran, y no es poca la ciudadanía que piensa, cotejando un párrafo de una canción de Sabina «otro que sale rana».