El mejor partido de la historia el que se jugó en casa, puerto de Valencia, con el fichaje del buque «Aquarius» el domingo 17 de junio. 630 personas fueron atendidas por más 2.300 voluntarios formado por unos 1.000 voluntarios de la Cruz Roja, 400 traductores de acompañamiento y 70 traductores jurados, 356 policías nacionales, 150 miembros de personal de la Conselleria de Sanidad, además de 15 de sanidad exterior, 120 policías de la Generalitat, y aproximadamente un centenar de guardias civiles. Es el protocolo a seguir cuando se ficha a un jugador extranjero, hacerle un reconocimiento médico para jugar en buenas condiciones en el campo contratante.
La llegada del buque la viví con emoción el domingo a través de RNE con Pepa Fernández. Esta profesional le puso la emoción y el punto de información que se merecía el mejor partido de la selección humana. Este partido de vidas no recaudará tanto dinero como los mundiales, pero si es reconfortante pensar que nuestro país acoge a personas en estado crítico y, no se deja morir como lo ocurrido en Lampedusa, octubre de 2013, donde 518 personas intentaban salvarse y muchos murieron en el intento, abriendo así los informativos con ataúdes la mayoría pequeños. Aylan, el pequeño de 3 años, le puso el subrayado oportuno a la inmigración procedente de la guerra de Libia en playas turcas intentando llegar a Grecia.
¿Y si nos ponemos en la piel de estas personas? ¿Y si nos ponemos en la piel de una madre o un padre con sus hijos que huye de su país de origen por las malas condiciones de vida e inestabilidad?
Donald Trump, presidente de los EEUU, ha considerado «un gran error» la permisividad europea hacia la inmigración. Trump: «No queremos que lo que pasa con la inmigración en Europa nos ocurra a nosotros».
Es un hecho. Y cada vez irá a más. La solución no es hablar de separatismo: «Tú no. Vete a tu país»; la solución no es sembrar la xenofobia; la solución no es crear miedo del que viene de fuera y traerá la ruina; la solución no es echar la culpa al otro Italia-Francia, EE.UU; la solución es de dar cultura. Que las personas que vienen de fuera se culturicen y amen al país de acogida. Darles la confianza de que ellos nos pueden aportar, pueden sumar a ver la vida de otra forma. Y nosotros enseñarles a mejorar. No siempre hay que cocinar paella los domingos. Un ejemplo el matrimonio Clooney.
La tecnología avanza a pasos agigantados, y eso me preocupa más para el futuro de mis hijos que el que venga una persona de color o de tradiciones diferentes. ¡Ya pasa en el fútbol! Una persona siempre aporta, somos trasmisores de historias. Las personas humanizan, las máquinas no. Es domingo y toca yuca frita, croquetas de plátano macho relleno de queso, y pollo a la tailandesa.
@sernariadna