VIERNES, 6
La situación política actual, tensa y bloqueada, revela una clamorosa falta de liderazgo político. La huida hacia delante de Artur Mas y la oceánica inacción de Rajoy más allá de gesticulaciones de última hora, ponen de relieve la escasa entidad de la clase política que hoy rige los destinos del país. Lejos quedan los tiempos de aquellos magníficos y corajudos políticos de la UCD y del PSOE, inteligentes, preparados y predispuestos al diálogo y por consiguiente a la renuncia y a la transacción, supieron urdir un entramado democrático que, vista la historia de España, parecía un oasis en el erial. Fueron prudentes, sabios y valientes, empezando por Adolfo Suárez que supo elevar a categoría de normal lo que en la calle era normal, por utilizar su propio discurso, y siguiendo por Felipe González, seguramente el más inteligente de todos ellos, que tuvo el cuajo político de rectificar y jugársela democráticamente (OTAN) después de haber planteado y ganado a su partido el órdago de la renuncia al marxismo, en otro gesto arriesgado pero decisivo para la historia de España que definitivamente se europeizaría.
La situación actual requiere coraje político, pero no del que preconizan los medios que llaman maricomplejines a Rajoy y a los que no les disgustaría ver a los tanques en la Diagonal, o los nostálgicos del pomposo autoritarismo de Aznar, que poco tiene que ver con la valentía política y mucho con la megalomanía, o de los que esgrimen el artículo 155 como único argumento, sino aquel que mezcla reflexión y prudencia con la determinación para ensayar nuevas fórmulas, gestos y actitudes que rompan esta inercia suicida. Líderes reacios a esgrimir leyes y constituciones (es lo fácil) y dispuestos a asumir que España es una nación de naciones y que ello es perfectamente compatible con su unidad (conveniente, no intangible). Entre otras cosas.
SÁBADO, 7
Día bonito en la isla bonita, de los que le gustan a Fernando Colomo, director de la película menorquina que se proyecta en Ocimax, un divertimento de autor que ha salido digno y agradable. Un aire woodyalleniano, escaso tópico aunque quizá excesivo bucolismo campestre y un leve pero ingenioso entramado argumental en una película cuyo principal protagonista es sin duda Menorca, la isla bonita.
DOMINGO, 8
Paseo fetichista por la Cala de Sant Esteve, bajo un sol esplendoroso y con mi perro Allen Bosch (sí, les doy mi apellido a mis perros, ¿por qué no?), en busca de la casa y el pequeño embarcadero donde transcurre buena parte de la película «Isla Bonita». Enorme acierto el de Fernando Colomo al elegir Sa Cala, uno de los rincones más pintorescos y llenos de historia de la isla bonita…
LUNES, 9
Cataluña versus España: «La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, que no tiene ningún sentido.» (William Shakespeare, «Macbeth»)
MARTES, 10
Enorme concentración de vips en la presentación en Madrid del libro de nuestra buena amiga Mercedes Cabrera «Jesús de Polanco, capitán de empresas» que acaba de editar Galaxia Gutemberg. Presenta a la autora el también menorquín Iñaki Gabilondo ante la presencia de la familia del empresario desaparecido y una amplia representación de la clase política y periodística madrileña (Felipe González y Gallardón entre ellos). Según escuchamos, el libro no rehúye etapas conflictivas de la vida del empresario, incardinadas en la reciente historia política española. Empiezo a leerlo con avidez…
En el tapeo posterior tenemos ocasión de departir con buenos amigos del mundo político, empresarial y periodístico sobre la preocupante colusión de intereses entre grupos periodísticos y empresariales que menoscaba la libertad de prensa. Me cuentan que por referirse a ello en el «New York Times», acaba de ser cesado (hoy mismo) el veterano y prestigioso periodista de «El País» Miguel Ángel Aguilar, y por este estado de cosas un amplio grupo de pequeños accionistas hemos impulsado la aparición de un semanario, «Ahora», que trata de rellenar sin urgencias, con rigor y reflexivamente, demasiados espacios en blanco…