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Creo que fue Valentí Puig quien, al ganar el premio de novela Ramon Llull, dijo que con la promoción que implicaba se sentía como protagonista del programa «Reina por un día», de Televisión Española. «Reina por un día» fue una emisión televisiva estrenada en 1964 y presentada por José Luis Barcelona y Mario Cabré. Tenía como objetivo realizar los sueños de las mujeres de los años 60 que aspiraban a reencontrarse con un ser querido, poseer objetos materiales o realizar viajes y eran coronadas «reina por un día». Entonces muchas mujeres compraban la revista «Hola», donde aparecía el Sha de Persia, que había repudiado a Soraya, la de los ojos verdes, porque no acertaba a darle descendencia, y se había casado con Farah Diba. Otra reina que salía mucho era Fabiola de Bélgica, que era una española poco agraciada físicamente a la que la gente atribuía un gran corazón. Pues bien, las mujeres eran reinas por un día en el programa y los pobrecitos escritores soñaban también salir en los medios, incluso en las revistas del corazón, y ser objeto de admiración de un público todavía hoy poco dado a la lectura. Eso solo se conseguía ganando un premio importante como el Planeta o el Nadal, o en el caso del Valentí Puig el Ramon Llull.

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Había otras maneras, pero eran poco efectivas. Uno podía conseguir lo que en catalán se dice una ametlla que s'asseu per la punta, lo cual es realmente difícil. Vargas Llosa lo logró con «La ciudad y los perros», pero fue también a partir de un premio, en ese caso el Biblioteca Breve de Seix Barral. García Márquez, en cambio, lo logró con la publicación de «Cien años de soledad». Camilo José Cela consiguió algo insólito: que la gente leyera novelas bien escritas; pero tenía que hacer algo de teatro al estilo de Salvador Dalí. Más adelante, Terenci Moix, que sabía promocionarse muy bien, vendió muchísimos ejemplares de su premio Planeta, «No digas que fue un sueño». Pero ganar un premio y recibir una promoción envidiable seguía siendo el sueño de muchos escritores españoles y catalanes. El pasado día 6 de enero, como ya es tradicional, se falló el premio Nadal, que fue instituido en 1944 por Ediciones Destino. Es el premio literario más antiguo que se concede en castellano y lo han ganado algunos de los mejores escritores españoles actuales. Desde 1968 se concede también el premio Josep Pla en catalán, y los escritores que logran esos premios, como José C. Vales o Andreu Carranza este año, siguen siendo reyes o reinas por un día.