Está la muchachada flipando en colores todavía. Durante unos días los adolescentes de Menorca, huérfanos algunos de WhatsApp, Twitter, Facebook, Instagram..., se han visto obligados a tener que interactuar unos con otros en una especie de aplicación de última generación en 3D gratuita y que se llama vida real. Y todo por un gatillazo telefónico, 'timofónico' o como tengas a bien llamarlo. Pasarse cuatro días sin internet, 3G o teléfono móvil resulta inverosímil y me da a mi que situaciones como esta la veremos en Menorca o en alguna aldea similar, perdida en la España profunda en la que habitan/habitamos un tipo de cliente que a la sede central de Telefónica le importa entre poco y nada. En Madrid o en Barcelona, por ejemplo, no pasará nunca ni les tomarán el pelo como nos lo han tomado aquí, tratándonos como a imbéciles. Más que nada porque allí se armaría la 'Marimorena' y un pitote que dejaría las protestas de los Antisistemas en una mera reunión de unicornios en el país de la felicidad que quedan para tomar té y cupcakes.
Asseguts a sa vorera
Abstinencia tecnológica
Más que nada porque allí se armaría la 'Marimorena' y un pitote que dejaría las protestas de los Antisistemas en una mera reunión de unicornios en el país de la felicidad que quedan para tomar té y cupcakes
20/09/14 0:00
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