Desde que la redacción del diario ya no es mi segunda casa, suelo pasar por allí a saludar y a recoger la prensa antigua. A veces se me acumulan demasiados días y la tarea se complica, porque siempre llega un día en que leo todos los ejemplares, y después me suelo alegrar y entristecer a partes iguales. Esta vez, por ejemplo, me alegra ver que David Marquès habla sin tapujos de «Un gobierno de parvulitos» para referirse al caso (crónico) del Ajuntament de Ciutadella, y del alistamiento que padecen partidos prehistóricos como es el caso del Partido Popular. Me da pena el empeño por imponer un proyecto como el TIL, sin acuerdo ni preparación suficiente ni de los alumnos ni de los profesores (y mucho menos, de los ideólogos). Me da pena que se use algo tan valioso como las lenguas para marcar ideología (en todas direcciones). Por la boca morirán: como el pez.
Me alegra descubrir que una mujer (Isabel Juaneda) va a ser la primera en dirigir el coro de la Catedral de Menorca (en esta tierra tan de varones y barones), aunque también me apena que Biel Barceló abandone la batuta (imagino que las etapas pasan y espero que la próxima sea de las buenas). Me dan asco Pujol y sus secuaces, otra muestra del modelo que entre todos hemos de desterrar: el arte 'venerable' de robar, con la política como excusa. Nos han dejado tan recortados (y ellos siguen saliendo tan beneficiados), que ya no nos dan risa las cuentas suizas. Así se las gasta la casta/mafia: tienen ases en la manga y se aniquilan entre ellos cuando lo consideran oportuno. Eso, sin duda, nos facilitará (al otro 99 por ciento de la población) estrenar próximamente una verdadera democracia.
No puedo evitar leer el horóscopo: bola de cristal con vistas al pasado. «Aries: salud regular. No será su mejor momento material, pues la tendencia será muy gastosa y todo dependerá de su crédito». Suerte que trato de cuidar mi espíritu (y que ese día ya pasó). Me río de las caídas del paro: las caídas tontas siempre me han hecho gracia, y estas van, además, disfrazadas de contratos precarios ahogados por la temporalidad, con condiciones esclavas y salarios ridículos.
Me intriga Piers Jackson (en la galería Artara) y me alegro de no haberme perdido la 'Anatomia', de Carles Gomila (en El Roser, hasta el 16 de agosto), porque sin saber dónde me metía, entré en una atmósfera magnética de la que quise huir y no. Me atrae también el laberinto de Líthica (para perderme). Me da rabia Israel y su sangre fría (la misma que tuvieron los nazis) y casi más, la indiferencia del mundo presuntamente desarrollado ante el exterminio de un pueblo. Me avergüenzo del tratamiento del ébola en los occidentales: unos sí, otro no.
Me siguen espantando las rotondas a doble nivel que el Consell quiere plantar en la carretera general de Menorca con el paisaje como víctima, y con el futuro de esta tierra, que debería apostar por su esencia de Reserva de Biosfera, como rehén. Me da pena que no se celebre Illanvers, ahora que ya puedo entender (casi) todos los versos en catalán. Me da pena que no tengan el apoyo institucional necesario (cuántas otras cosas sí lo tienen). Me consuela, sin embargo, que no acabarán (ni aún así) con la poesía. Me salto los deportes (con permiso). Me alegra ver a Matas entrando en la cárcel (me da pena que vaya tan solo: cabeza de turco de los corruptos). Me da pena también que Carlos Moyá ponga a la venta su casa de Cala Morell (en lugar de donármela a mí, una homeless cualquiera). Me detengo en los anuncios por palabras: no se qué busco pero encuentro un biombo (siempre quise uno para separar, por ejemplo, churras y merinas). Me alegra que un club de alto rendimiento tecnológico haya elegido Menorca para el desarrollo de nuevas starts-ups (en inglés suena todo tan cool). Me irrita que el Govern balear haya ocultado prospecciones petrolíferas. ¿Piensan que somos idiotas? ¿Piensan qué son dueños y señores de los territorios? ¿Que no han de rendir cuentas? Es más: ¿piensan? ¿O tal vez sólo piensan en qué ponerse para arrodillarse ante los Reyes en un cóctel en Mallorca, con la vista siempre puesta en sus intereses particulares? Patético. Y para no acabar con mal sabor de boca leo otro horóscopo (cruzo los dedos). «No practique deportes violentos (se cumplió). Debería realizar unos cuantos ajustes en su empresa (y tanto, pero no se puede ni empezar, porque un autónomo en este país de triste figura sigue pagando sin proporción alguna a lo que factura). No sea olvidadizo y felicite a su amor». Aunque sea con retraso: felicidades (por todo), mi amor.
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