19/07/14 0:00
Caen gotas gordas, parsimoniosas y enlodadas, bajo un cielo ahumado de nubes avaras, que cubren otra vez un sol lejano y difuso: este verano va pudriéndose complacientemente… Al ruido del coche, mis gatos bajan en tropel las escaleras maullando enconadamente, protestando, sin duda, por mi ausencia del día anterior. La abuela, su hija y las crías de ésta me acosan, todas menos la pequeñina, que se muestra esquiva, quizá acomplejada por ser la única de color negro, a la que las otras no conceden oportunidad alguna de abordar la comida; tengo, pues, que aspaventarlas, sin que, por otra parte, logre el acercamiento de la negrita, vatuadell!