Relaxing cup
La bata
Wow! Hacía tiempo que no veía a una mujer así. Creía que había pasado a la historia del costumbrismo del país pero veo y siento que aún hay hombres y mujeres como la que me crucé el otro día por el Passeig Marítim. Iba metida en mi bufanda de lana para resguardarme del frío a medida que me adentraba en la oscuridad de las siete de la tarde, donde solo clareaba en diferentes puntos por las altas farolas, cuando veía como se aproximaba un perrito, raza chiguagua, y recorriendo su correa extensible llegué hasta parte de una mano. Pertenecía a una señora enfundada en su bata de algodón azul, la de andar por casa, que cubría su pijama de franela. Volví a ver el chiguagua blanco que competía en carrera con las pantuflas de la señora. Y por supuesto su pelo moldeado, aunque reconozco que me hubiera gustado verla con un pañuelo envolvente de rulos, para lucir el peinado a la mañana siguiente.
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