Mientras esperaba en la cola de un supermercado para pagar el pan, un conocido que estaba justo detrás de mí me saludó y sin más me soltó: "Ya estoy harto de tanta protesta, huelgas y mandangas". Le miré un tanto desconcertado (por un momento pensé que se habían colado unos manifestantes en el local). Entonces empezó un mitin y como la cosa no acababa estuve a punto de cederle mi turno en la caja. En realidad no se daba cuenta de que estaba protestando por las protestas. Envuelto entre tanta palabrería y sin querer, entré al trapo. "Sí es verdad que hay mucha crispación y tensión en la calle, pero ahora no sabría decirte si hay motivo o no para ello. Habría que analizar caso por caso". Como respuesta me llevé un coscorrón: "Claro, a ti te interesa el lío porque así vendéis más periódicos". Pagué la cuenta y me despedí sin más.
Crónicas inusitadas
La sonrisa de la cajera del super
17/10/13 0:00
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